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Conmoción y poca sorpresa

En Caudete (Albacete), localidad en la que residían Ana María Sánchez y sus presuntos agresores (su ex marido y su nueva novia), la muerte de la mujer ha causado conmoción y dolor. Pero apenas ha causado sorpresa. Un final así "se veía venir", según vecinos de esta localidad de unos 10.000 habitantes.

Los residentes se mostraban ayer duros con la figura del ex compañero de Sánchez, José Martínez Clemente, y recordaban que había mantenido "tres o cuatro relaciones con otras mujeres". La última, con una sobrina de la víctima, detenida también. "Él es un gandul con muchas mujeres, tantas que es difícil de recordar cuántas", afirmó un vecino. "Es un maleante, sin oficio ni beneficio", añadió otro. En esta localidad, al agresor todos le conocían con el sobrenombre de El Estañador, ya que su padre reparaba ollas. Otro vecino aseguró que Martínez "hacía chapuzas por ahí, de albañil o en el campo pero nada fijo". "Ella era una magnífica persona, muy trabajadora, aunque un poco ignorante", añadió. El Ayuntamiento le había ofrecido trabajos en talleres ocupacionales, donde Ana María Sánchez desempeñaba funciones de limpieza. Su sobrina, Verónica Busquier, presuntamente implicada en el crimen, tiene 20 años y, según los vecinos, sus padres murieron cuando era niña.

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