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La Quincena muestra el Verdi más filosófico con 'Un ballo in maschera'

La Quincena Musical de San Sebastián deja paso la próxima semana a la primera propuesta operística de esta edición. El auditorio donostiarra del Kursaal acogerá los próximos días 16, 18 y 20 (19.00) la representación de la obra de Giuseppe Verdi Un ballo in maschera, un trabajo en el que el compositor italiano se alejó de los temas épicos de su primera época y se concentró en los personajes, en las relaciones humanas y los grandes sentimientos, por lo que prima la música y la voz por encima de los grandes decorados.

Bajo la batuta de Jesús López Cobos y con dirección escénica del alemán Werner Schroeter, los protagonistas de Un ballo in maschera, junto al Orfeón Donostiarra y la Orquesta Sinfónica de Euskadi, llevarán a escena la versión original de esta ópera, cuya acción se inspira en el asesinato del rey sueco Gustavo III en 1792. Y es que Verdi estrenó la obra en 1859 en el Teatro Apollo de Roma con un gran éxito, pero bajo el sello de la censura italiana, que le exigió cambiar de identidad a los personajes (el rey se convirtió en un gobernador), así como el lugar de los hechos (pasó de Estocolmo a Boston), lo que complica la trama.

"La tradición hizo que, durante muchísimo tiempo, hasta hace 30 o 40 años, se representase sólo la versión censurada, pero en las tres últimas décadas, han empezado a aparecer producciones que usan el libreto original, que tiene más fuerza", explicó ayer López Cobos. Así que quienes se hayan hecho con una entrada (están prácticamente agotadas), verán en el Kursaal a un Gustavo III enamorado de Amelia, la esposa de su secretario Renato. Ella le corresponde en secreto. Cuando Renato descubre casualmente a su esposa en compañía del rey, sospecha de una relación adúltera y se une a un grupo de conspiradores que acabará con la vida del monarca.

Nihilismo

"Esta obra es una excepción dentro de los trabajos de Verdi. Me parece una primera muestra del existencialismo. La comedia asesina a la tragedia y viceversa, y esto es de un nihilismo extremo", afirmó Schroeter. "Es un trabajo operístico muy puro, en el que los cantantes tienen que estar muy bravos", subrayó. "Es una ópera filosófica que se sustenta en los personajes", por lo que ha recurrido a una puesta en escena "lo más abstracta posible" que llega del Teatro Nacional de Manheim (Alemania).

La producción, en la que participan la Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, sólo se podrá disfrutar en San Sebastián. Para los orfeonistas esta representación es "un reto atractivo y complejo a la vez". Y es que no todos los días tienen la oportunidad de "cantar ópera, disfrazarse y moverse en escena", una tarea más complicada que la habitual, pues están acostumbrados a "cantar estáticos y con partitura", señaló el subdirector de la coral, Patxi Aizpiri.

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