Jesús Fernández Valdés, ex consejero del Gobierno asturiano
Jesús Fernández Valdés, abogado y economista, tuvo escasa pero fecunda actividad política. Fue concejal del Ayuntamiento de Gijón por el PSOE durante un mes, hasta que lo reclamó Pedro de Silva para formar parte del Gobierno de Asturias como consejero de Industria, entre 1983 y 1984, "hasta que se le agotó la creatividad" y pidió su relevo en el cargo. Hombre apasionado y de ideas claras pese a su corta etapa en cargos públicos, mantuvo durante años opiniones que iban a menudo contra corriente, pero que anticiparon algunos de los cambios que necesitaba Asturias. Por ejemplo, insistió mucho en la apertura al exterior e insistió con frecuencia en la necesidad de que los empresarios buscasen nuevos mercados donde fuera. De hecho, en su periodo en el Gobierno se gestaron el Instituto de Fomento Regional, hoy Instituto de Desarrollo Económico de Asturias, el principal instrumento para fomentar la actividad empresarial, o la asociación Exportastur, destinada a abrir nuevos mercados. Fue el primero que propuso convertir el antiguo muelle pesquero de Gijón en puerto deportivo, obra que se ejecutó cuando ya no ejercía políticamente.
Fernández Valdés era amigo personal de Pedro de Silva desde que coincidieron como alumnos en el colegio de los jesuitas en Gijón. El ex presidente subrayó ayer que "era una de las personas más imaginativas, creadoras y decididas que he conocido", al referirse al que fuera su consejero por un periodo tan breve, en el que "desarrolló una actividad de una eficacia portentosa". Fernández Valdés había colaborado en la elaboración del libro Asturias, realidad y proyecto, publicado en 1982, que condensa el proyecto de gobierno para Asturias de Pedro de Silva, presidente entre 1983 y 1991, y retirado de la actividad política desde entonces. La actual alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, que lo sustituyó en la consejería, lo consideraba un personaje "vitalista, de gran valía".
Fernández Valdés había comenzado su actividad profesional en la empresa constructora Dragados, a la que había regresado en los últimos años por medio de una sociedad consultora. Después de haber pasado por Aplicaciones Eléctricas Crady y Veleros del Principado, entre otras. Aunque en los últimos años había mantenido una actitud muy discreta en el ámbito público, siempre ofreció a sus amigos y allegados ideas nuevas sobre la evolución de Asturias. Era de natural abierto, ágil, de iniciativa rápida, lo que encajaba mal en la bucrocia administrativa. Por eso resistió tan poco en cargos políticos.
Jesús Fernández falleció el martes en Espinaredo (Piloña) a consecuencia de una agresiva esclerosis múltiple amiotrófica. Contaba 59 años. Tenía cuatro hijos de un primer matrimonio. Fue despedido con un funeral celebrado ayer en la iglesia de San Lorenzo de su Gijón natal.-
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