La diosa Atenea y el caballo de Troya, enfadados
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, aparte de fastuosa, tiene siempre un halo de sorpresa sobre lo que pueda ofrecer. Pero, como si el hombre volador que apareció por el estadio olímpico de Los Ángeles hace 20 años hubiera burlado todos los controles aéreos, incluidos los AWACS, y como si el tremendo sistema de seguridad no hubiese podido impedir colarse a muchos espías, aquí, en Atenas, parte de la inauguración es ya un secreto a voces. Y a voces de los organizadores, enfadados por las filtraciones. No sólo las publicó hace varios días un periódico británico, sino que, tras el ensayo general del pasado domingo, con 25.000 voluntarios, ha trascendido ya casi todo.
Gianna Angelopoulos-Daskalaki, la presidenta del comité organizador, incluso califica a quienes se han ido de la lengua de "enemigos de Grecia" y no descarta, ya que no queda tiempo para la apertura, hacer cambios en la clausura.
Lo más impactante, al parecer, es que en la cita del viernes se llenará el fondo del estadio con agua y por él navegará un barco. Además, un caballo de Troya y una gigantesca estatua de la diosa Atenea serán protagonistas de la obra. Las escenas mitológicas, reflejadas en el siglo XXI con la más moderna tecnología presidirán los actos.
El coreógrafo Dimitris Papaioanu, director de las ceremonias de apertura y clausura, promete en cualquier caso un espectáculo lleno de sorpresas, pero ya hay dudas sobre qué más puede haber.
Atenea emergerá desde el medio del estadio y el escenario acabará convirtiéndose en una montaña en la que unos bailarines danzarán alrededor de un olivo en lo alto. Después, un arquero con forma de centauro lanzará una flecha que se convertirá en cometa, aunque no parece que sea ésa la forma de encender el pebetero de la llama olímpica como en Barelona 92. Simplemente, caerá sobre el recinto.
Hoy se efectuará el último y definitivo ensayo y... con público. Cabe esperar más datos.
