Un cañonazo preolímpico

Las nubes amenazaban con aguar el inicio de la Semana Grande de San Sebastián, pero finalmente no descargaron sobre los miles de ciudadanos que aguardaban, bajo un bochorno insoportable, el estallido de la fiesta ante el Ayuntamiento. Y eso que quienes entonaron el Artillero, dale fuego, no eran precisamente profesionales de la canción. En vísperas de las Olimpiadas, el Consistorio hizo un guiño y cedió el protagonismo de este momento a los deportistas locales más brillantes de la temporada -integrantes de los equipos de rugby y balonmano femenino del club Bera Bera, de las secciones de piragüismo, softbol y natación del Atlético de San Sebastián y el equipo de la Sociedad Mundo, ganador del Campeonato Mundial de Pesca-.

Después, a las 19.00, como cada año, el Artillero Mayor, Luis Mocoroa, lanzó el cañonazo, se soltaron cientos de globos azules y blancos, y se dio así por inaugurada una semana de música, baile, fuegos artificiales, juegos infantiles, toros y otras propuestas.

"No hay excusas para quedarse en casa", decía Encarni, vecina del Antiguo, de 67 años. Y no le faltaba razón. El programa de fiestas ofrece a los ciudadanos 166 espectáculos -un 10% más que en la pasada edición-. Las propuestas son variadas, pero la gran protagonista es, sin duda, la música en todas sus facetas. Para el público joven, los conciertos de El Efecto Mariposa, Coti, Reincidentes, Fangoria, Fermin Muguruza o Diego Torres en Sagüés; para los aficionados a lo latino, las actuaciones en la zona de Reyes Católicos; para los maduritos, la verbena de la plaza Zuloaga..."Sólo hacen falta ganas de salir y pasárselo bien", dice José Mari, el marido de Encarni. "Míreme. A nuestra edad, y nunca nos perdemos los bailables". Lo decía mientras trataba en vano de salir de Alderdi Eder. San Sebastián era a esas horas un hervidero de gente, en medio del caos circulatorio. Sus ciudadanos -con fama de sosos y poco participativos- secundaron ayer masivamente la invitación del cartel de fiestas y tomaron las calles.