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El 'oro negro' oscurece la economía

El petróleo a 40 dólares recortará el empleo y el crecimiento al reducir el beneficio empresarial y la renta

Los mercados del petróleo han vivido una semana histórica. Tanto el londinense IPE, donde se negocia el crudo tipo brent, como el Nymex neoyorkino, que contrata el texas, nunca habían visto precios tan elevados. El pasado viernes tocaron sus máximos históricos en 41,39 dólares para el barril brent y 44,50 dólares en el caso del texas.

Cifras alarmantes que encuentran su antesala en la crisis del golfo Pérsico, en octubre de 1990, pero que necesitan pasar por el tamiz de las divisas y de la inflación, es decir, del tiempo. No es lo mismo pagar -siempre en dólares- el barril con un euro a 0,85 dólares, nivel al que se situaba en noviembre de 2000, que abonar la factura con un euro que vale 1,23 dólares, como ocurre ahora.

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Según datos facilitados por el servicio de estudios del BBVA, entre enero y julio, el petróleo ha subido el 20%, pero sólo el 9% si el comprador lo adquiría en euros. Es decir, el 11% de la subida se esfumaba como consecuencia de la revalorización del euro frente a la moneda con la que se paga (dólar). La fortaleza del euro, pues, suaviza este máximo en los precios del petróleo.

Pero todavía tiene aún más relevancia la inflación: no es lo mismo un dólar de 1970 que de 1990 o de 2004. Es necesario ajustar los dólares para saber si realmente el petróleo nunca estuvo tan caro. O dicho de otra forma, los productos o servicios que ahora consumimos no cuestan lo mismo que hace 30 o 20 años. Así, al deflactar, la situación cambia, y en términos reales el petróleo se apea de los máximos conseguidos esta semana.

El BBVA ha utilizado el deflactor del producto interior bruto (PIB) español y rebaja los actuales 41 dólares a los que se negocia el petróleo hasta los 25 o 28 dólares, en relación con principios de los noventa. Por tanto, el petróleo está ahora sustancialmente más barato que hace 14 años.

Desde el servicio de estudios de otra entidad financiera explican que el petróleo tendría que elevar su precio hasta casi los 100 dólares el barril para remedar la gravísima crisis del crudo vivida en los años setenta.

Pese a estos imprescindibles ajustes para saber con exactitud el nivel real del precio del petróleo, lo cierto es que las familias, las empresas y, en definitiva, la economía se verán afectadas por la fuerte alza del crudo. En términos de dólares, el crudo, tanto el brent como el texas, ha subido un 37% desde agosto de 2003.

Los expertos apuntan a que la subida del petróleo es un problema para las economías que ataca por dos lados: oferta y demanda. Del lado de la oferta, reduce los márgenes de las empresas, que ven encarecida su factura energética, lo que lleva a un menor crecimiento en puestos de trabajo.

Además, y ello explica en buena parte el mal comportamiento de las bolsas, se produce en un contexto de suaves subidas de tipos de interés, por lo que a los mayores costes energéticos se suman también los financieros.

Por el lado de la demanda, toca directamente al bolsillo del consumidor, que si debe destinar más dinero a la energía lo tendrá que detraer de otras actividades, deprimiendo de esta forma el consumo. Por ello, el alza del crudo tiene un difícil tratamiento por parte de los responsables económicos, ya que cuando busquen curar sus efectos negativos (inflación) pueden parar aún más la actividad económica.

Julián Cubero, del departamento de estudios del BBVA, explica que la subida del petróleo provoca "un choque de la oferta que afecta a los precios de economía con un encarecimiento de los productos y menos recursos para gastar". "Además, el petróleo, a diferencia de otros bienes, entra en todas las parcelas productivas", añade.

Fuentes de las entidades financieras consideran que, si se mantienen los actuales precios hasta final de año, la economía española crecería entre dos y tres décimas menos de lo previsto actualmente por el Gobierno, que cifra el crecimiento del PIB para este año en el 2,8%. En estas previsiones y en las de 2005 se toma como referencia un máximo del precio del petróleo a 35 dólares el barril. El Instituto de Estudios Económicos se suma también a esta merma en el crecimiento de la riqueza de la economía si persiste el elevado precio del crudo hasta final de año.

La Organización para el Crecimiento y Desarrollo Económico (OCDE) ha establecido un impacto por el que por cada 10 dólares adicionales de aumento en el precio del crudo -partiendo de un escenario de 35 dólares el barril- supondría un recorte de cinco décimas en el PIB. Una visión que refuerza las opiniones de los analistas en el sentido de que con 40 dólares se crecería dos o tres décimas menos sobre lo previsto.

Estos cálculos ya incluyen los efectos derivados del alza del crudo. La subida de la inflación, que obliga a revisar salarios y pensiones. Además, también se está produciendo ya una pérdida de riqueza financiera por el desplome de las bolsas. Como consecuencia del encarecimiento del petróleo y de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, los mercados se sitúan en este mes de agosto en pérdidas y muy cerca de sus niveles mínimos del año. Una pérdida que afectará principalmente al consumo, restando fuerza a la economía española, que tiene en esta variable el mayor contribuidor a su crecimiento.

Jacobo Zarzo, director de Atlas Capital, incide en los aspectos bursátiles de esta crisis. "Los resultados empresariales, hasta el momento verdadero baluarte de la buena marcha de los índices bursátiles, se enfrentan en los próximos trimestres a la dura prueba de tener que superar expectativas a través de crecimientos endógenos y no mediante ajustes de provisiones o por comparación con años recesivos", explica. Los beneficios empresariales se verán, pues, muy presionados por el encarecimiento del petróleo y por políticas monetarias más restrictivas que suban los costes financieros.

Los sectores más afectados, según explica Julián Cubero, son aquellos que se encuentran más ligados a esta materia prima. La industria química o las aerolíneas sufren el impacto directo de la subida. Eso sí, a diferencia de la grave crisis de los setenta, actualmente, indica Cubero, existe una menor dependencia del petróleo en el mundo. Aunque en términos absolutos se consume más petróleo, existe una mayor eficiencia que hace 30 años. Por ejemplo, Estados Unidos gasta actualmente la mitad en petróleo, en relación a unidad del PIB, que en la crisis de los setenta.

En esta tendencia que han seguido todos los países desarrollados, la economía española es una excepción y eso la hace más vulnerable al incremento de los precios.

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