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La búsqueda de 30 fusilados de la Guerra Civil se reanuda en León

Dos años después, la búsqueda continúa. Comenzó en julio de 2002, cuando se iniciaron los trabajos que pretendían cerrar una herida abierta el 5 de noviembre de 1937. Es la historia de 37 fusilados por el régimen franquista en la localidad de Piedrafita de Babia (León). Se conocía la ubicación de la fosa donde fueron enterrados y se intuía su contenido, pero el resultado de la primera excavación no fue el esperado. El jueves la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) se reanudó el trabajo.

Cuando se abrió la fosa de Piedrafita, el 1 de julio de 2002, se esperaba encontrar los restos de los 37 soldados republicanos ejecutados. Entre estos soldados debían estar Eduardo, Francisco, Porfirio y Joaquín.

Isabel González era hermana de Eduardo y cuñada de Francisco. Porfirio y Joaquín eran hermanos de Asunción Álvarez Méndez. Ambas llevan toda la vida buscando a sus familiares, y ambas sabían dónde estaba la fosa. Cuando se abrió, la primera decepción: se encontraron sólo siete cuerpos. Estos restos fueron llevados a Villablino, donde el juzgado permitió su identificación. Se cruzaron los ADN con los de Isabel y Asunción. El resultado fue negativo.

Dos años después, Isabel no ha perdido la esperanza. El pasado jueves, la ARMH comenzó una nueva excavación para encontrar alguno de los 30 cuerpos que siguen faltando. El lugar elegido esta vez es una finca donde un campesino encontró un hueso hace poco mientras trabajaba la tierra. A diferencia de la anterior excavación, aquí no hay constancia de que haya nadie enterrado. Tan sólo un indicio, un fémur humano. Los arqueólogos y forenses que se han desplazado hasta el lugar han hecho de esta excavación algo casi personal. Se trata de encontrar a los familiares de Isabel y Asunción. Ellas, mientras, no renuncian a su sueño, encontrar a sus parientes.

Miles de desaparecidos

La cifra exacta de desaparecidos en la guerra quizá no se sepa nunca. De momento, hay que conformarse con estimaciones. Un libro publicado recientemente, Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco, eleva el número de paseados a 55.000. La ARMH se queda en 30.000. Ellos tienen documentados 2.000 casos, enviados por familias que acuden a la asociación buscando ayuda. El trabajo de exhumación es muy lento. En una excavación el pasado mes en Villamayor de los Montes (Burgos), se dio con los restos de 45 cuerpos fusilados. Trabajaron en ella 15 personas, entre arqueólogos y forenses, durante 15 días. Treinta manos para sacar tres cuerpos al día.

La ARMH tiene 600 fosas localizadas. Según ellos, sólo el Estado tiene medios para excavarlas todas. No sólo los medios. También la obligación. En 1992, el Gobierno firmó una declaración de la ONU que obliga a los Estados a dedicar los esfuerzos necesarios localizar a las víctimas de desapariciones forzadas. Hasta ahora ha sido ignorada sistemáticamente.

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