No al cambio de Pirámides
El nombre de Pirámides corresponde a la denominación que el saber popular ha dado, desde hace decenios, a los dos obeliscos erigidos en la plaza del mismo nombre, y por tanto el nombre de la estación de metro es el más tradicional para ese lugar, aquel por el que todos los vecinos del barrio conocen la plaza, e incluso la mayoría de madrileños llama así al barrio que rodea este lugar.
Es lo mismo que ha sucedido durante muchos años con Gran Vía. Por mucho que la estación de metro situada en el cruce de la calle de Fuencarral y Montera se llamó sucesivamente Red de San Luis y José Antonio, el pueblo madrileño siempre identificó el lugar como "la Gran Vía" y así hubo de llamarse, al fin, la estación de metro.
Cambiar ahora el nombre de Pirámides por el de cualquiera de los dirigentes difuntos del Atlético de Madrid supone tratar de cambiar el saber popular e introducir "elementos extraños" en la terminología de las calles y barrios de Madrid.
No cometan tamaño error y dejen que Pirámides siga llamándose así, tal como los madrileños llevan haciéndolo desde el siglo pasado.
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