Un museo habitado

Reunamos a una serie de artistas, lo más heterogéneos posible. Situémoslos en un lugar rodeado de naturaleza y dentro de una pequeña comunidad y dejemos que trabajen, convivan e intercambien opiniones. Ésta es la propuesta que hace diez años se plantearon en Genalguacil, una localidad de apenas 600 habitantes en plena Serranía de Ronda y que ha convertido sus calles en un taller artístico que ve cómo sus obras se incrementan cada dos años.

Hasta el 15 de agosto celebran su bienal de arte contemporáneo, una edición que añadirá 14 proyectos artísticos a las 60 obras que ya adornan sus empinadas calles.

"Pueblos blancos hay muchos, pero con este toque tan modernista y vanguardista, no", cuenta el escultor malagueño Antonio Manuel Haro. "No tienes que ir a un sitio específico a buscar esculturas. Vas al bar o a la tienda y te las vas cruzando". Haro trabaja junto a otros 15 artistas de España, Francia, Argentina y Suecia en proyectos que van desde la escultura en madera, hierro o cerámica, al tapiz, grabado, fotografía o collage.

"Me recuerda a la vida de campamento aunque no lo sea en absoluto", bromea

Marie Genevieve Alquier, otra de las artistas participantes. Para Alquier, las dos semanas de convivencia son "un regalo" que le permite enseñar la forma en que trabaja -nunca lo había hecho hasta entonces- a una gente "hospitalaria y elegante" entre la que se encuentra muy cómoda.

La iniciativa pretende que el pueblo participe, colaborando o haciendo obras de iniciación en varios talleres, y sirve de escaparate a una localidad que consolida su oferta de turismo rural.

"Estos días son muy divertidos porque organizan muchos teatritos y actividades"

, explica Ana González, una vecina de 72 años, participante fiel de las actividades. "Además viene mucha gente a conocer el pueblo, que aunque pequeño, es muy bonito", subraya.

Una red de voluntarios, sobre todo niños, recorre las calles a la caza y captura de visitantes. Le enseñan las esculturas, los talleres. "Están como locos con las placas identificativas que les hemos hecho", afirma Beatriz Álvarez, la alcaldesa, "no se las quitan hasta bien entrada la noche".

Coincidiendo con el encuentro, Genalguacil inaugura un museo que albergará obras de interior -cuadros, telares o fotografías- de anteriores ediciones. El edificio, una antigua almazara rehabilitada, programa estos días la muestra Picasso y la poesía, organizada en colaboración con el Centro Cultural de la Generación del 27.

La comisión seleccionadora de los proyectos, de la que forman parte representantes de cultura de la Diputación, de la Junta de Andalucía, la Universidad de Málaga y el Ayuntamiento, ha dado cabida este año a nuevas modalidades artísticas, como la audiovisual. "Buscamos proyectos que sean novedosos", cuenta la alcaldesa. Los más pequeños del municipio ya han comenzado a preparar un cortometraje, del que serán protagonistas, y el artista malagueño Txema Martín grabará un vídeo de arte colaborativo.

Los encuentros se complementan con actuaciones de flamenco, música étnica, folclore, soul y representaciones teatrales o pasacalles. También han programado conferencias y lecturas de poemas.