Tres palestinos mueren en Gaza en un ataque del Ejército israelí
La retirada de tropas de Israel amenaza con desatar una guerra civil en los territorios
Un nuevo ataque del Ejército israelí en el campo de refugiados de Rafah, al sur de la franja de Gaza, se saldó ayer con al menos tres muertos y 15 heridos, cuatro de ellos graves, en una nueva incursión para descubrir túneles de contrabando. Al menos dos de los fallecidos eran activistas de la resistencia islámica palestina, mientras que el tercero era un policía de paisano que se encontraba en un comercio colindante al lugar de la explosión.
Al menos dos proyectiles fueron lanzados, aunque existe confusión acerca de si fueron disparados por los helicópteros o un tanque, según diversos testigos. Sin embargo, fuentes militares israelíes aseguraron que la detonación fue producto de una bomba plantada por activistas palestinos cerca de la carretera y que se accionó cuando una excavadora blindada israelí circuló cerca del lugar donde el artefacto estaba ubicado.
De madrugada, una columna de 30 tanques y vehículos blindados, apoyados desde el aire por helicópteros Apache, penetró en el barrio llamado Yavne con el pretexto de buscar túneles de contrabando de armas y mercancías en la frontera con Egipto, motivo por el que la población se vio asediada y devastada en mayo pasado bajo la Operación Arco Iris en las Nubes. De nuevo, y con pasmosa costumbre, varias viviendas, al menos seis según testigos palestinos, fueron destruidas bajo el argumento de que sirven de escudo a los militantes para lanzar sus ataques.
Entretanto, el diario israelí de corte conservador Maariv señaló ayer que Hamás quiere impedir que la Autoridad Nacional Palestina y el movimiento de Al Fatah tomen el control de la franja de Gaza, una vez se retire Israel de los 21 asentamientos. En esa región se vive una lucha abierta para asegurarse el poder una vez el Ejército hebreo se retire, desde que Ariel Sharon anunciara públicamente por primera vez -en diciembre de 2003- su plan de evacuación de Gaza, que acabó convertido en un plan de anexión de los seis asentamientos más importantes de Cisjordania.
Mientras tanto, las fuerzas militares israelíes no quieren retirarse, como ya sucediera en mayo de 2000 en Líbano después de más de 22 años de ocupación. Los movimientos de resistencia palestinos quieren ofrecer "como victoria" a la opinión pública palestina la retirada unilateral israelí de Gaza.
El diario Maariv se refiere a una documentación interna de Hamás decomisada en Nablús en la que se refiere que evitarán que la "Autoridad Palestina haga lo que le plazca en la franja de Gaza cuando las fuerzas militares israelíes abandonen la región", desmantelamiento previsto para finales del próximo año. En los textos obtenidos también se revela la intención de tomar el control de varios centros de poder en Gaza. Sin embargo, existen también llamamientos a la calma de los militantes para evitar una guerra civil, ya que supondría que "los éxitos nacionales podrían transformarse en un holocausto nacional".
Esto responde a las negociaciones que Hamás está llevando a cabo con otras fuerzas políticas para evitar precisamente una guerra civil una vez la retirada sea un hecho. Aquí cabría enmarcar el silencio de Hamás durante la anarquía vivida en los territorios en las últimas tres semanas, aunque algunos analistas lo atribuyen a su desmembramiento por el Ejército israelí.
Por otra parte, el rey Mohamed VI de Marruecos pidió a varios jefes de Estado que protejan la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, tercer lugar sagrado para los musulmanes, después de La Meca y Medina, de un posible ataque de extremistas judíos. Ataque que, según los servicios de inteligencia israelíes, es plausible dada la gran oposición que tiene entre los colonos el plan de separación de Gaza.
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