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Las medidas de EE UU contra Cuba paralizan los viajes de exiliados

Las pérdidas para la isla pueden ascender a una cifra entre 200 y 400 millones de dólares

Un mes después de la entrada en vigor de las nuevas medidas de la Administración norteamericana para recrudecer el embargo contra Cuba, sus efectos ya son visibles: ni un solo emigrante cubano residente en EE UU pudo visitar a su familia en la isla en julio y lo mismo sucederá en agosto. "Históricamente, en los meses de verano viajaban a Cuba unas 30.000 personas desde Miami; este año, prácticamente nos quedaremos en blanco", dijo a este diario Johny Cabañas, director de una de las siete compañías con sede en EE UU que tienen vuelos a Cuba.

El año pasado, estas compañías transportaron cerca de 120.000 personas. Pero ahora los pronósticos son grises. Las medidas de EE UU incluyen restringir el envío de remesas y paquetes familiares, y limitar los viajes de los exiliados a su país de uno cada año, a uno cada tres años, y únicamente en caso de que tengan "familiares directos". Comenzaron a aplicarse el 30 de junio, y la semana pasada el subsecretario del Departamento del Tesoro de EE UU, Juan Zarate, admitió que desde entonces no se habían entregado ni uno solo de los nuevos permisos de visita a los emigrados. Y ello a pesar de que miles -cerca de 40.000, según algunas fuentes- han rellenado los formularios de acuerdo con las nuevas reglas.

Escenas dramáticas

Según Zarate, el "retraso" se debe a la "falta de personal", argumento que ha sido calificado por las autoridades cubanas como una "burla". Inicialmente, Washington puso como plazo a los exiliados que se encontraban en Cuba para regresar a EE UU el 30 de junio, so pena de enfrentarse a fuertes multas. Al final, el plazo se prorrogó un mes, debido a la avalancha de emigrantes que hubo en junio ante el temor de muchos a no poder volver a ver a su familia en tres años. El sábado fue el último día y en el aeropuerto de La Habana hubo verdadero caos, además de las consabidas escenas dramáticas: niños llorando, hermanos abrazados, despedidas multitudinarias. Despegaron media docenas de vuelos, el doble de lo habitual.

En los nuevos formularios que han de rellenar los emigrantes deben declarar qué grado de parentesco les une con sus familiares en Cuba. Antes se podía viajar incluso a ver a un amigo, pero de acuerdo a las nuevas regulaciones, las categorías ahora se reducen a padres, hijos, hermanos, cónyuges y abuelos y nietos. El objetivo de la Administración de Bush al restringir el envío de remesas y la frecuencia de los viajes es "privar al régimen de Fidel Castro de los dólares del exilio". Según analistas, a corto plazo las medidas pueden provocar pérdidas de entre 200 y 400 millones de dólares, pero no afectarán al Gobierno sino a la población.

Según cálculos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el volumen de las remesas que los exiliados envían a sus familiares, o llevan ellos mismos durante sus visitas, supera los 1.000 millones de dólares, lo que lo convierte en la primera fuente de ingreso neto de dólares de Cuba, por encima incluso de los beneficios del turismo, la primera industria nacional.

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