Música para escuchar con lupa
El compositor valenciano Ricardo Climent estrena en Belfast una obra escrita para un conjunto de microbios
"Tiene muchos rasgos similares a cualquier otra obra que hayamos interpretado antes, sólo que en este caso en lugar de una orquesta formada por seres humanos se trata de microbios". Ricardo Climent (Valencia, 1965) escribió Oxidising the Spectrum tras un año de trabajo e investigación en el Sonic Arts Research Centre de Belfast (Irlanda). Para el desarrollo de este proyecto, "más cerca de la ciencia que del arte", en palabras de su autor, Climent ha contado con la colaboración de un microbiólogo e ingeniero químico de la Universidad de Queens, el doctor Quan Gan. "Indispensable", asegura. La obra fue estrenada en el marco del Sonorities Festival of Contemporary Music 2004 de Belfast. Nada especial en el programa respecto al compositor o el título de la obra. Lo que llamaba la atención eran sus intérpretes: The Microbial Ensemble, con el añadido entre paréntesis de live organisms, para que quedara claro que lo de microbial no era una metáfora.
¿Cómo hacen música los microbios? "Generan un voltaje analógico -un microvoltaje, en realidad- que luego amplificamos y traducimos al lenguaje midi", explica Ricardo Climent. Puesto que esto puede no resultar lo bastante estimulante para un compositor con ambiciones creativas, Climent se dedica a desestabilizar las condiciones normales de las pequeñas cámaras para el cultivo de microbios donde se genera el microvoltaje. "Por medios bioquímicos manipulamos el ciclo de vida de los microorganismos", aclara. Por ejemplo, sus condiciones de reproducción. De esa manera, controlan la generación de voltaje y, en consecuencia "las posibilidades de expresión musical, que es lo que más me interesa de todo el proceso". Climent subraya la importancia de manipular "sólo" los microorganismos y su entorno, no el resto del sistema, con la finalidad de obtener resultados sonoros.
La Jove Orquestra de la Generalitat, de la que Climent ha sido compositor residente hasta ahora, estrenó recientemente 3 simetrías, una obra suya para orquesta de cámara y expresión electroacústica. Tiene 25 obras compuestas, de las cuales sólo una ha sido concebida hasta el momento para el Microbial Ensemble. "La idea surgió a raíz de entrar en un centro como el Sonic Arts Research donde todo el mundo intenta diferenciarse de alguna manera", ironiza el compositor. Sin embargo, reconoce que su formación en ciencias experimentales "no va más allá de COU". En algún papel leyó que "los microbios producían voltaje y por tanto", se dijo, "pueden generar sonidos". Desde el punto de vista tecnológico es evidente lo novedoso del asunto, pero sobre todo le "interesa el resultado artístico". Climent conocía la existencia de instalaciones sonoras que se nutren de procesos de fotosíntesis, de radiaciones producidas por determinadas plantas o de procesos de descomposición de materia, por citar algunos ejemplos, pero su conclusión fue que en su mayor parte esos experimentos carecían de la capacidad de expresión musical que a él le interesaba. Lo importante es "partir de la idea compositiva musical" y llevarla a la práctica mediante la aplicación de la tecnología al entorno biológico, en este caso microbiano, y no al revés.
El problema se presentará cuando intente llevar Oxidising the Spectrum y su Microbial Ensemble a Estados Unidos. "No se puede viajar así como así con microbios bajo el brazo", reconoce. Para esa ocasión, Climent contará con colegas que le puedan preparar los cultivos microbianos adecuados en el país de destino.
El compositor valenciano concluía ayer un curso en la SGAE de Valencia, en el que ha desentrañado la tecnología de sensores aplicada a la música electroacústica. Como alumnos tenía compositores, profesores e ingenieros de telecomunicaciones.
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