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Berlusconi saca adelante la reforma de pensiones

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, obtuvo ayer la confianza del Parlamento para llevar adelante la polémica reforma de las pensiones. La mayoría parlamentaria de la coalición de centroderecha logró la aprobación de la reforma que permite que la edad de jubilación pase de 57 a 60 años, con 35 años de cotización. La medida se hará efectiva a partir de 2008 y permitirá un ahorro a las arcas públicas de un 0,7% del PIB al año.

Un total de 333 diputados votaron a favor, 148 se pronunciaron en contra y uno se abstuvo, según el recuento de la Asamblea. "Nos hemos visto obligados a pedir la confianza, porque no podíamos perder más tiempo", aseguró Berlusconi a la prensa.

El voto de confianza se produjo tras una maratoniana sesión en la que la oposición presentó más de 200 órdenes del día distintos con el objetivo de retrasar el debate y la votación. La oposición justificó el obstruccionismo afirmando que la ley es injusta, penaliza a los jóvenes trabajadores y a los ancianos.

La reforma aprobada cuenta además con la oposición de los sindicatos, que habían amenazado con convocar protestas de aprobarse la reforma. "El Gobierno no debe hacerse ilusiones. La batalla de las pensiones no ha terminado", aseguró Morena Piccinini, de CGIL, el mayor sindicato italiano. A pesar de haber superado la moción de confianza, la reforma debe aún superar una última votación, prevista para hoy.

La confianza obtenida ayer supone un momentáneo balón de oxígeno para Berlusconi al conseguir el apoyo de la coalición de Gobierno, en crisis tras la dimisión del ministro de Economía, Giulio Tremonti, el mes pasado.

La Alianza Nacional de Gianfranco Fini pide más voz en los asuntos económicos y está contra la rebaja de impuestos prometida por Berlusconi. Y la UDC, los democristianos de centro, quiere parar la deriva federalista del Ejecutivo italiano.

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La victoria era además especialmente esperada por Berlusconi, que vio cómo durante su primer Gobierno la reforma de las pensiones no logró salir adelante en 1994. Los sucesivos Gobiernos tampoco consiguieron aprobar medidas para reformar el sistema de pensiones. Numerosos analistas económicos aseguran que Italia no podría aguantar por mucho más tiempo el actual sistema, que le cuesta al país el 15% de PIB. Un coste que podría aumentar debido al envejecimiento de la población.

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