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Uno de cada diez adultos se queda solo en casa cuando enferma

Un estudio destaca el impacto de la soledad en la salud

La soledad aumenta en España, y con ella, los problemas de salud. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio Salud y estilos de vida de la Confederación Española de Cajas de Ahorros que se presentó ayer. Un 10% de los mayores de 16 años (casi 3,5 millones de personas) no recibe ninguna atención cuando enferma y queda en cama, y más de 6,5 millones afirman que nunca les llama nadie para salir.

El estudio, que analiza las Encuestas Nacionales de Salud desde 1993, apunta "tendencias preocupantes y negativas en un contexto que no es dramático", dijo ayer Walter Actis, del colectivo IOÉ.

Lo "más destacable, y que nunca se menciona", es que, "en contra de lo que se piensa del estilo de vida en España", la falta de apoyo afectivo va en aumento, dijo Actis. El 30% de los mayores de 65 años vive sin recibir una invitación para pasar un rato acompañados, el 14% no tiene quien le aconseje en momentos importantes y un 10,4% afirma, simplemente, que no recibe "amor y afecto".

La situación entre el resto de los mayores de 16 años no es mucho mejor. Hasta un 16,1% afirma que nadie les llama para salir, y el 8,8% siente que nadie les quiere.

Envejecimiento

Otros indicadores "preocupantes" son que en los últimos diez años ha aumentado la proporción de quienes afirman que su estado de salud es malo o muy malo (del 7,1% al 9,6%). La proporción de quienes consideran que su situación es satisfactoria es la tercera más baja de Europa, sólo por delante de portugueses e italianos. "Esto puede deberse a que hay una mayor autoexigencia, pero también al envejecimiento y a factores sociales", explicó Actis.

Esta percepción se refleja en que aumentan las visitas a las consultas médicas, la morbilidad, las enfermedades crónicas, las agudas, los accidentes y el consumo de alcohol, entre otros indicadores. "Lo que está claro es que cuando uno se siente mal, acaba viviendo peor", dijo el coautor del informe.

También aumenta el número de mayores que necesitan ayuda para llevar a cabo actividades cotidianas como cortarse las uñas de los pies o hacerse la comida, pero en este caso la proporción se mantiene en el 10%, porque se debe a un envejecimiento en la misma proporción de la población.

En paralelo a este proceso, entre 1993 y 2001 ha aumentado más del 30% el número de afectados por las enfermedades crónicas más importantes (hipertensión, colesterol elevado, diabetes o enfermedades del corazón). El ascenso ha sido de un 19% en los casos de alergia. La excepción son las úlceras de estómago, que han bajado un 7,9%.

De la misma manera han aumentado las enfermedades graves (medidas por las que las que suponen la interrupción de la actividad diaria durante al menos diez días al año) y el porcentaje de población que tomaba medicamentos durante los 15 días anteriores a las encuestas, que ha pasado del 46,1% en 1993 al 57,7% en 2003, aunque este dato puede interpretarse como una mejor atención, indican los autores del informe.

La falta de horas de sueño, de actividad física y de una dieta equilibrada son otros índices que apuntan a un deterioro en el estado sanitario ("dentro de que en general es bueno", matiza Actis).

La situación se ha visto agravada por la falta de dedicación presupuestaria. "Mientras la demanda sanitaria aumenta, el gasto público no ha crecido en relación con el PIB [el 6,5%]". "Lo que está claro es que en muchos casos las medidas para solucionar estas situaciones no son sólo sanitarias, sino también sociales", concluye el estudio.

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