El juez Del Olmo advierte de que nuevas células pueden sustituir a la del 11-M

El juez Juan del Olmo, que instruye el sumario por los atentados del 11-M en los que murieron 191 personas, advirtió ayer del peligro que suponen las "células de apoyo" que han podido sustituir a la "célula operativa" integrada por los suicidas de Leganés, considerados los autores materiales de la masacre. El magistrado aprovechó el auto por el que mantuvo la prisión de Rachid Aglif para hacer un completo relato de lo ocurrido desde el punto de vista de la investigación y levantar parcialmente el secreto de las actuaciones para poder comunicar estos datos a la Comisión de Investigación del Congreso.

Del Olmo señala en su resolución que "aunque la célula operativa haya sido desmantelada (total o parcialmente), hay que tener en cuenta que huyó del lugar una persona al menos [Abdelmajid Bouchar], y la investigación ha puesto de evidencia (las órdenes de busca y captura cursadas hasta la fecha son exponente de ello) que seguirían activos otros elementos personales o anteriores células de apoyo, que han podido participar de muy distinto modo en los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 y su entramado delincuencial".

Aunque no los menciona expresamente en los fundamentos jurídicos, está claro que además de a Abdelmajid Bouchar, la persona que huyó del piso de la calle de Carmen Martín Gaite, de Leganés (Madrid) y donde se suicidaron siete de los terroristas, Del Olmo se refiere a Mohamed Belhadj, la persona que alquiló el piso citado y que salió de España el mismo 11 de marzo para regresar clandestinamente y el 31 de marzo huir definitivamente vía Barcelona junto con Mohamed Afalah; Daoud Ouhnane, al que pertenecen las huellas halladas en la bolsa de plástico con siete detonadores que encontró la policía en el interior de la furgoneta Renault Kangoo 0576 BRX de color blanco, localizada en las inmediaciones de la Estación de Renfe de Alcalá de Henares, robada y utilizada por los autores materiales del 11-M, y a Said Berraj, otro de los supuestos integrantes del comando que colocó las bombas.

"Por lo tanto", puntualiza el magistrado, "podría generarse una actitud de sustitución por parte de esas iniciales células de apoyo ante la 'caída' de la célula operativa (cubriendo así el vacío creado temporalmente, pero generando, a su vez, un mayor nivel de clandestinidad, por lo que es más dificultosa la actuación policial de investigación, y la eventual desarticulación de dichos elementos o células").

El juez Del Olmo justifica el mantenimiento del secreto del sumario en el riesgo de que se perjudiquen los logros hasta ahora conseguidos, lo que obliga a manejar de forma discreta los "elementos aportados hasta ahora en las actuaciones".

Preparación en poco tiempo

El juez destaca también que en el desarrollo de la investigación ha aflorado una realidad a valorar: que "la preparación material de los atentados se materializó en escasos meses".

Así el magistrado precisa que "los primeros contactos tendentes a obtener sustancias explosivas y detonadores comenzaron en el último trimestre del año 2003", de acuerdo con las declaraciones realizadas por varios de los imputados. El juez aprecia "variaciones" sobre el contenido real de las conversaciones mantenidas entre los imputados y siempre "vinculadas a relaciones previas de tráfico de drogas". En éstas habrían estado presentes Rachid Aglif, Rafá Zouhier y José Emilio Suárez Trashorras.

Las investigaciones han establecido la relación de Aglif, Zouhier y Suárez Trashorras con Jamal Ahmidan, El Chino, uno de los jefes del grupo. Los tres tenían conocimiento de las actividades del jefe terrorista. El juez precisa que "la conversación entre Rafá Zouhier y 'Víctor' [capitán de la Guardia Civil] es esclarecedora; y el propio Rafá Zouhier, en la declaración prestada el día 17 de junio de 2004, reconoce la misma, aunque señala que los datos o la información procedían, entre otros, de Rachid Aglif".

El juez tomó declaración a Aglif de inmediato sobre los extremos apuntados por Rafá Zouhier, "para evitar posibles connivencias", pero Aglig negó que hubiera dicho nada.

Sin embargo, el juez Del Olmo señala que "es evidente" porque todos estuvieron en determinadas reuniones, y por "el nivel de relación y de conocimiento entre todos ellos, puesto de evidencia en las investigaciones, y que va más allá de las relaciones exclusivamente por tráfico de drogas".