La Copa del América 2007

La ocasión que se le presenta a Valencia con este evento, es excepcional. Tanto en mi condición de arquitecto como en la de practicante de la navegación desde hace varias décadas, no puedo menos que, con mi opinión esperanzada, aportar mi parecer sobre lo que de oportunidad tiene la Copa del América 2007 tanto para nuestra ciudad como para la Comunidad Valenciana y España.

Sobre las posibilidades a favor que tiene dicho acontecimiento en relación a la ciudad me vienen a la cabeza rápidamente una serie de puntos de aplicación de sentido común y oportunidad en este caso. Algunos podrían ser:

-Las ciudades deben aprovechar siempre en el mundo en que vivimos cada una de las posibilidades que se le presentan, al límite. En este caso la materialización del evento será en sí mismo un factor transformador real sobre la ciudad y su área metropolitana. Por ello creo que las autoridades y los ciudadanos, la iniciativa pública y la privada, todos, deberían aprovechar la ocasión al límite, como he dicho. ¿Cuántas ocasiones de esta dimensión tenemos aquí cada siglo? Realmente, no hay muchos sucesos así para Valencia, y éste hay que aprovecharlo como un revulsivo de impulso para la urbe y su actividad. No siempre tenemos el viento a favor en la velas y en la dirección adecuada. Ahora es ese momento y como se hace en un velero, hay que aprovechar las fuerzas, habilidades e inteligencia de todos los tripulantes como un equipo compacto y organizado. Digo de todos porque es un asunto de los que se denomina de Estado, es decir, que nos debe unir muy por encima de intereses particulares. Es una ocasión única para todos nosotros como ciudadanos de Valencia y de su Comunidad.

El evento tiene que ser sobre todo una ocasión para analizar la filosofía con que la ciudad se plantea a sí misma

-La Copa del América de 2007 debe servir, en lo arquitectónico, cuestión que me toca profesional y emocionalmente, para resolver la fachada marítima y el contacto con el mar, cosa en la que todos están de acuerdo y sobre lo que voces mas autorizadas ya han hablado; un contacto que debería ser lógico, suave, con una articulación duradera y sutil. No hay un modelo único a seguir, para resolver esta transformación que, seguro, la Copa del América va a producir. Cada ciudad debe hacerlo a su manera. Valencia no debe importar modelos para ello sino crear el suyo propio con toda la inteligencia, el sentido común y la habilidad de que sea capaz.

-La Copa del América de 2007 no ha de ser para Valencia sólo un problema mercantil, sino sobre todo una ocasión para analizar la filosofía con que la ciudad se plantea a sí misma. Si se hacen buenos negocios mejor, pero el factor mercantil en este caso, que no sirva para estropear los intereses de la ciudad como tal.

-Valencia debe ahora ser posibilista y realista a la vez, pero sin perder imaginación e ilusión. Parece la cuadratura del círculo pero creo que este el camino, y quizá lo más difícil sea combinar con acierto estos conceptos entes descritos y plantear bien primero qué se va a hacer, que finalmente conseguir los medios necesarios económicos o técnicos.

-Dentro del realismo al que me he referido es crucial la rapidez de reflejos. Ahora hay que darse cuenta que estamos ya en el tiempo límite par hacer las cosas con rigor y solvencia. La decisiones principales deben tomarse sin demora. No hay ya coartada o excusa válida para no tomarlas inmediatamente.

-El mundo de la vela es muy desconocido y distante en el país, a pesar de que vivimos en un territorio con una proporción de perímetro de costa y archipiélagos, un clima y una imagen turística internacional que deberían hacer de la actividad náutica deportiva un asunto de sector estratégico. Y la Copa del América en el citado mundo de la vela es el acontecimiento numero uno a nivel mundial. En ese contexto, la navegación a vela es un deporte que se puede aprender y practicar desde niño; es una actividad que, bien aprendida, puede acompañar a uno toda su vida. Están las escuelas de vela es un deporte con mayores connotaciones positivas que la inmensa mayoría; no esta mercantilizado ni forma un mercado de negocio trufado de efímeros y cambiantes intereses como otros. Ni es tan peligroso practicarlo como otros muy conocidos. Y es mucho mas asequible y escalar en el acceso como deporte de lo que la gente cree. Si la juventud quiere practicar hay cantidad de barcos esperando tripulantes.

-Muchos valencianos viven en su ciudad, junto al Mediterráneo y casi no se dan cuenta de que pertenecen a él. Este acontecimiento en una ocasión casi insuperable, que hay que aprovechar al límite -como he dicho-, para que los valencianos y su ciudad se reconcilien con su mar, con el Mediterráneo. Y todo el planeta va a estar contemplándonos. Hemos de hacerlo bien, y créanme, depende sobre todo de nosotros.

Antonio Escario es arquitecto.