Faye Dunaway afirma que los últimos grandes filmes se hicieron en los setenta

A partir de La guerra de las galaxias todo fue distinto. Casablanca dejó de ser un referente. Cambió la "mitología". Empezó la era de "los efectos especiales". El dinero entró a espuertas. Así, los filmes rodados a finales de los años sesenta y hasta mediados de los setenta se convirtieron en las "últimas grandes películas" de Hollywood. Lo dijo ayer, en la jornada inaugural de la Mostra de València-Cinema del Mediterrani, la actriz Dorothy Faye Dunaway (Bascom, Florida, 1941), protagonista de tres de las cien mejores cintas del cine americano, según la lista del American Film Institute: Chinatown (puesto 19), de Roman Polanski; Bonnie and Clyde (27), de Arthur Penn, y Network (66), de Sidney Lumet.

El festival celebra su 25º aniversario con la proyección de 240 películas

La elegante actriz de los prominentes pómulos no se decidió a la hora de elegir su película favorita, aunque la "poética, la ingenuidad y el tratamiento del sur" de Bonnie and Clyde están "muy cerca" de ella, según reconoció mientras se tocaba el corazón. Un gesto muy similar al que esbozó cuando recordaba a Steve McQueen, con quien coincidió en The Thomas Crown affair.

Tuvo palabras de elogio para Almodóvar, Bertolucci y Fellini, cineastas que cuentan historias interesantes y no las "comedias románticas" (ella misma trazó las comillas en el aire) o los Terminator del Hollywood actual. Desde 1996 está más o menos apartada del imperio en el que reinó porque el cine más sugestivo es "el independiente", además de que los papeles son para actrices jóvenes. Ahora prepara su primera película como directora, aunque no desveló nada más. Sí habló de su reciente filme, Jennifer's shadow, de los argentinos Daniel de Vega y Pablo Parés, una "interesante indagación en el cine de terror" que se presenta en la Mostra.

Dunaway compartió protagonismo con la actriz madrileña Maribel Verdú, que recibió un homenaje del festival, al igual que Tony Leblanc, que estuvo representado por su hijo Antonio Fernández.

"Aunque soy joven, llevo 20 años en esta profesión y he hecho un montón de películas", explicó la intérprete de 33 años que considera un regalo el homenaje. Verdú dijo tener un personaje arquetipo favorito: el tragicómico, según recoge Efe. Preguntada por su participación en numerosas escenas eróticas e incluso en tríos, la actriz contestó con humor: "Hay que probar de todo para saber si te diviertes haciéndolo". Se refirió entonces a la "estupenda" Huevos de oro, de Bigas Luna, donde protagoniza un trío con María de Medeiros y Javier Bardem. Una práctica Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón, tras cuyo éxito ha recibido numerosas ofertas en Estados Unidos, pero ninguna motivadora, según comentó.

Para conmemorar su 25º aniversario, la Mostra ha tirado un poco la casa por la ventana. Además de aumentar su presupuesto a dos millones de euros, se han programado más películas que nunca: 240 filmes distribuidos en múltiples ciclos, algunos con vocación de cajón de sastre, lo que abunda en la indefinición y eclecticismo del certamen. Los hay que se inscriben en la especialidad original del festival mediterráneo, como los dedicados a la actriz italiana Silvana Mangano (que fue suegra del director del certamen, el realizador José Antonio Escrivá); al actor y al realizador franceses Jean Gabin y Jean Cocteau, respectivamente, y al valenciano José Iturbi, autor de bandas sonoras y actor que trabajó en filmes como Levando anclas.

Otros ciclos comprenden desde avances de próximos estrenos como Kill Bill 2, de Quentin Tarantino, o Fahrenheit 9/11, de Michael Moore, hasta una retrospectiva de las películas ganadoras de la Palmera de Oro de la Mostra, pasando por Los movimientos creativos del cine (Dogma, Free Cinema y Expresionismo alemán), los Reyes de la risa (cómicos), Fantasmagore (ciencia-ficción y terror) y Arcoiris (temática gay y lésbica), entre otros.

En la sección oficial concursan 18 películas de otros tantos países ribereños del Mare Nostrum. En la informativa se proyectan 27 títulos actuales sin limitaciones, entre ellos lo último de Eric Rohmer, Triple agente.