De la farola al hombro

Hace siete meses, María López y Estefanía Díez le daban vueltas a la idea de formar una empresa que reciclara banderolas y pancartas publicitarias y las convirtiera en bolsos.

Querían promocionar exposiciones, festivales y eventos de cada ciudad con productos que tuvieran un significado especial para quien los lleva. "Si vas a una obra de teatro o a una exposición y te gusta mucho, puedes tener un bolso, un delantal o un cojín como recuerdo", explica Estefanía. Las piezas, que ellas mismas diseñan, "son únicas e irrepetibles" y cuestan alrededor de 30 euros.

Presentaron De La Calle, nombre de su empresa, en la feria de mujeres emprendedoras que organizó el Ayuntamiento de Málaga en mayo. "Desde entonces todo ha ido a marchas forzadas", cuenta María. La idea fue bien recibida por los visitantes, que les insistían que vendieran alguno de sus bolsos. "Les decíamos que no podíamos porque estaban de exposición y sólo teníamos uno de cada modelo, pero una chica vino todos los días y al final le vendimos uno", recuerdan.

Ambas tienen 26 años y se conocen desde el instituto. Estefanía estudió Bellas Artes en Granada y hace un tiempo se reencontró con María en Barcelona, donde termina Periodismo. En la capital catalana, el Ayuntamiento y otras instituciones culturales ceden el PVC de las banderolas y pancartas para reciclarlos. Debido a la premura del proyecto - pretenden fabricar unos 2.500 bolsos para septiembre- se han trasladado a Málaga, desde donde preparan la primera colección.

Estefamía se ocupa del diseño de los modelos y María, de la parte comercial. La confección y el corte la han encargado a un taller de la provincia.

Para conseguir las banderolas hablan con quienes "cuelgan y descuelgan las pancartas". Ellos les dan los datos de los anunciantes con los que acuerdan el precio de venta o la cesión. El empresario, que llega a pagar hasta 300 euros por cada pieza, trata siempre de conseguir un acuerdo beneficioso.

Además, han de comprobar la calidad del material ya que algunos plásticos se encogen con el sol y no sirven para los diseños.

La variedad de modelos, entre los que hay poufs, delantales, bolsos de mano y hasta camisetas, permite aprovechar las pancartas banderolas y reducir los residuos. Así, reutilizan un material del que es difícil deshacerse, y se reduce al mínimo su impacto ecológico.

Quieren vender sus diseños en museos, sitios turísticos y tiendas escogidas. Por el momento, donde más han avanzado ha sido en Málaga. Distribuirán en las tiendas del Centro de Arte Contemporáneo, el Museo Picasso, y la Casa Natal del pintor, así como en varios establecimientos de la capital.

Además, han llegado a un acuerdo para fabricar 1.500 bolsos para el próximo Festival de Cine Español de Málaga, para los que utilizarán las banderolas con las que se publicitó este año. Han cerrado también la venta en comercios de Granada y Sevilla, que recibirán la colección otoño-invierno en agosto.

Tienen en mente trasladar su idea a cualquier ciudad que quiera promocionar sus actividades culturales. Para ello tendrán que llegar a acuerdos con teatros, fundaciones culturales o ayuntamientos. En los próximos días visitarán las provincias andaluzas que les quedan, y después seguirán por toda España.