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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Miguel Iborra, alcalde de Aspe

Un destacado socialista alicantino dijo ayer: "Ha muerto la coherencia política". Se refería a Miguel Iborra, alcalde de Aspe (Alicante), socialista, independiente, crítico, joven, querido por su pueblo y muy respetado por sus rivales políticos. Su coherencia le llevó a dimitir recientemente como secretario general de los socialistas de su comarca, el Medio Vinalopó.

Él quería que el agua del Ebro llegara a su pueblo y chocó con su partido y con la mayoría de los socialistas valencianos. Así que abandó el cargo. En su pueblo experimentó con diversos sistemas de ahorro de agua. Aspe es el municipio del seco entorno que más ahorra. Pero Iborra pensaba que ese ahorro no era suficiente y reclamaba con vehemencia el agua excedentaria del Delta del Ebro.

Miguel Iborra iba a presentar una enmienda a la ponencia oficial de su partido, con el apoyo de otros alcaldes alicantinos, con la intención de forzar el debate de la carencia de agua en la Comunidad Valenciana, y determinar de esta manera cuál es la postura del PSOE valenciano al respecto. Públicamente discrepaba de la postura oficial de su partido con respecto a las alternativas al trasvase del Ebro, y su texto alternativo incide en la necesidad de que los socialistas valencianos defiendan la "solidaridad en el uso del agua en el conjunto del Estado para facilitar el desarrollo racional de los pueblos y las regiones". Chocó con el secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla. Pero éste le tenía gran respeto y lo consideraba un modelo de alcalde.

Aspe es la envidia de gestión de muchos alcaldes de la zona, socialistas y populares. El casco antiguo se ha recuperado y los barrios más humildes se transformaron en lugares habitables. El polígono industrial funciona como un reloj y, en el plano social, impulsó diversas dotaciones, incluso una ludoteca.

Miguel Iborra murió repentinamente alrededor de las cinco de la tarde de ayer. Mantenía un contacto constante con sus vecinos y dejó escrito que la historia de su pueblo está pintada con el color mediterráneo que han ido tiñendo diferentes culturas en rico mestizaje. "Nuestro carácter, costumbres y modo de vida, así como la configuración del casco urbano y de todo el paisaje, son fruto del esfuerzo de muchas generaciones y de su cariño a la tierra que les acogió o les vio nacer".

Desde el Ayuntamiento sólo concebía las mejoras urbanísticas y el crecimiento industrial si van acompañados de equipamientos sociales, culturales y deportivos. Creía que el Ayuntamiento era una casa común, el punto de encuentro, el reflejo y motor de la vida ciudadana. Últimamente había apostado por nuevas tecnologías con el concepto de que la información y la transparencia sean también instrumentos de convivencia.-

Miguel Iborra.
Miguel Iborra.

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