Küng dice que sin una ética común no habrá entendimiento entre religiones

Hans Küng, el teólogo pionero del ecumenismo y de la reconciliación de las iglesias, se hizo presente ayer en el IV Parlamento de las Religiones del Mundo de manera doble: mezclándose con líderes de otras creencias y proclamando, en un nuevo libro presentado por la noche en Barcelona, que "la meta de un entendimiento interreligioso ha de ser una ética común a toda la humanidad", una ética que, sin embargo, no ha de sustituir a la religión. "Ni religión unitaria ni cóctel de religiones ni sustitución de la religión por la ética", dijo.

Estaba previsto que Küng participase en una ponencia sobre el diálogo entre civilizaciones junto con la premio Nobel de la Paz iraní Shirin Ebadi, pero el acto se suspendió por problemas de coordinación. El Parlamento de las Religiones, hasta que se ponga concierto al caos de miles de personas buscando a sus conferenciantes preferidos -varios cientos cada día-, fue ayer un mero tanteo de lo que en próximos días promete convertirse en un enorme tanque de pensamientos y propuestas. De momento, lo más complicado es elegir entre oferta tan extensa y variada, buscada por los asistentes con paciencia oriental.

Lo cierto es que el Parlamento de las Religiones del Mundo, como se esperaba, ha cambiado radicalmente la fisonomía del Fórum Universal de las Culturas y de esta Barcelona 2004: miles de personas, la mayoría jóvenes, procedentes de 75 países y de varios cientos de creencias distintas y, en ocasiones, radicalmente distantes, muchas de ellas vestidas con los trajes típicos de su credo, han eclipsado a los niños y jubilados que entre semana constituyen los visitantes mayoritarios del recinto.

El espíritu de los otros

El teólogo Hans Küng (Suiza, 1928), uno de los peritos preferidos de Juan XXIII para el Concilio Vaticano II, participó en una conferencia de prensa, junto con otros líderes religiosos, para abogar por el diálogo entre las religiones como camino para alcanzar la paz. "Las religiones deben hablar y no sólo afirmar que están a favor de la paz y la justicia", dijo. A su lado, Tariq Ramadán, un musulmán suizo de origen egipcio, reclamó más diálogo y entendimiento entre islamismo y cristianismo. Que el cristianismo conciba el islam como una realidad "monolítica", y considere a todos los musulmanes por igual, le parece a Ramadán

un peligro grave para Occidente. "Ésa es una idea que tiene poco que ver con la realidad. También hay cristianos liberales y otros muy conservadores", dijo.

Es difícil evitar que los musulmanes se conviertan en protagonistas, tanto por lo que ellos dicen como por las curiosidades -y recelos- que suscitan. Y resulta de todo punto imposible ignorar la presencia de Hans Küng en un acontecimiento religioso. El teólogo suizo ya fue protagonista estelar de los dos primeros parlamentos interreligiosos de la era moderna (Chicago, 1993, y Ciudad del Cabo, 1999), cuando, como redactor de los comunicados finales, acuñó proclamas que han hecho historia y que ha interiorizado incluso la jerarquía católica romana. Ayer reiteró dos de esas ideas con la presentación en Barcelona de su nuevo libro, En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las religiones del mundo, editado por Debate Mondadori: "No hay paz entre las naciones sin paz entre las religiones", y también: "No hay paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones", introduciendo ahora la lógica exigencia de una "ética común" para todas.