Daniel Barenboim vuelve hoy a Madrid para homenajear a las víctimas del 11-M

"La lucha contra el terrorismo empieza por la lucha contra la ignorancia. Por eso estamos aquí". Daniel Barenboim (Argentina, 1942) y la Orquesta de la Staatskapelle de Berlín homenajearán hoy, a las 22.30, en la plaza Mayor de Madrid, a las víctimas del 11-M con un concierto gratuito dentro de los Veranos de la Villa. El director actúa en la capital después de que la Comunidad cancelara su participación en el Festival de Verano del Teatro Real. El aforo del concierto, para el que el Ayuntamiento y el Ministerio de Cultura se reservan 100 entradas, es de 5.000 personas.

"Es en los momentos de dolor cuando los gestos simbólicos tienen un poco más de valor". Barenboim y la Staatskapelle traen a Madrid la Sinfonía número 3 en mi bemol mayor, opus 55, de Beethoven, porque "hubiese sido muy extraño un verano en Madrid sin Barenboim", según Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, que ayer presentó el concierto junto con el director argentino-israelí y Carmen Calvo, ministra de Cultura.

La Heroica de Beethoven, marcada por su segundo movimiento, la Marcha fúnebre, llega a Madrid como una obra cargada de simbología. "El hecho de que el réquiem esté ahí, en el segundo movimiento, no es casualidad. Es un símbolo de que hay que seguir viviendo, luchando y gozando de nuestro tiempo después de la tragedia. La muerte es un fin biológico pero no histórico", explicó el músico, uno de los máximos defensores del entendimiento entre Israel y Palestina.

"Tras el 11-M me pareció imprescindible mostrar afecto hacia el público madrileño, que tanto cariño me ha demostrado a lo largo de los años". Daniel Barenboim y su orquesta actuarán esta noche gratis en Madrid, en "un pequeño gesto que alarga un poco la temporada". "Estoy muy agradecido a mi orquesta por su entusiasmo y por venir gratuitamente. Aunque ellos no llevan tantos años viniendo a Madrid, como yo, también le tienen afecto a la ciudad", dijo ayer Barenboim.

El músico ha participado en el Festival de Verano del Teatro Real de Madrid durante los últimos cuatro años, siempre con lleno total. Que el Real decidiera prescindir de su presencia para la edición de este año "demuestra falta de profesionalidad", aseguró el director. Es "inaceptable" que la medida se adoptase "tan tarde, cuando todo estaba hablado y había claridad en los detalles". Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, anunció en enero que no contaría con Barenboim y su montaje del Moisés y Aarón, de Shönberg, porque su precio era "desorbitado". Aunque el maestro está dispuesto a volver al Real, "siempre que me inviten como un huésped bien recibido", dice que no lo dirigiría aunque se lo ofrecieran. "A pesar de que adoro el Teatro Real, no lo dirigiría porque no quiero asumir responsabilidades que huelan a Administración. Quiero dedicarme a la música", explicó.

El concierto, organizado por el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Cultura, será hoy a las 22.30 en la plaza Mayor de Madrid, que se abrirá al público a las siete y media de la tarde. Unas 5.000 personas, 3.000 sentadas y 2.000 de pie, podrán asistir al concierto, según Alicia Moreno, concejala de las Artes. El Ayuntamiento y Cultura han reservado 100 localidades de las 3.000 previstas con asiento "para cumplir con obligaciones institucionales", informó ayer la organización del concierto.

Barenboim, pianista y director de orquesta, dirige desde 1992 la Staatskapelle de Berlín, la segunda orquesta más antigua del mundo, fundada en 1570. Ahora llega a Madrid "como hombre profundamente comprometido con la paz y el diálogo, que sintió nuestro dolor como propio aquel jueves de marzo", señaló Ruiz-Gallardón.

El músico creó en 1999, junto al fallecido Edward Said, el West-Eastern Divan Workshop, una orquesta compuesta mayoritariamente de Israel y Palestina para demostrar "la capacidad que tiene la música para comenzar a superar las diferencias". Con él coincidió ayer Carmen Calvo: "Lo mínimo que podíamos hacer para no olvidar a los que ya no están y seguir viviendo de una forma armoniosa era ofrecer una noche de música".