Ganar y perder

Dice el señor Aznar, en esa trayectoria de retirada activa de la política que promete tener tanto recorrido como el inacabable viaje al centro de la derecha, que "el partido socialista llegó al Gobierno como consecuencia del 11 de marzo". Por una vez, y sin que sirva de precedente, le voy a dar, parcialmente, la razón. Eso sí, con dos puntualizaciones: en mi opinión, no la terrible matanza terrorista del 11-M (como pretende insinuar el señor Aznar), sino la reacción de su Gobierno (con ocultaciones, mentiras e intentos de manipulación) fueron tan descarados, tan descarnados y tan evidentes que fueron el catalizador para que muchos ciudadanos vieran claramente lo que muchos veníamos denunciando desde hace tiempo: que su proyecto político ha estado instalado durante los ocho años en ese estilo tan descalificable de gobernar y decidieron que querían otro modelo radicalmente distinto: el proyecto que ofrecía Rodríguez Zapatero.

De ahí mi segunda puntualización: el 11-M, la gestión nefasta de esa tragedia llevó a la derrota al Partido Popular y, como consecuencia, a la ventaja electoral de la única oferta éticamente satisfactoria para muchos ciudadanos. Es en este sentido, y en ningún otro, en el que puedo admitir las afirmaciones que ahora hace el todavía presidente del Partido Popular.