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Los líderes espirituales subrayan en Montserrat el ser pacífico de las religiones "auténticas"

El nuevo arzobispo de Barcelona participa en los prolegómenos del Parlamento interreligioso

El fantasma que recorre el mundo en este comienzo de siglo no es un choque de civilizaciones sino el choque entre los talibanes de la religión y los talibanes del mercado. Este fue uno de los mensajes escuchados ayer en el monasterio de Montserrat, donde medio millar de líderes espirituales de todas las creencias calentaron motores para impulsar, este próximo miércoles, el Parlamento de las Religiones del Mundo. El arzobispo electo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, subrayó ante los reunidos que "las religiones auténticas son fuente de verdadera paz y fraternidad".

Entre el islam y el cristianismo hay una tradición secular de guerras, pero también de convivencia y concordias. La idea del choque de civilizaciones la acuñó en 1996 el estadounidense Samuel Huntington con la vista puesta en el islamismo, y no ha parado de crecer. Aventarla por falaz es uno de los empeños de algunos de los líderes espirituales reunidos ayer en Montserrat, más de 400 procedentes de todo el mundo y de todas las creencias.

La escasez de agua potable en numerosos países -que mata más niños que los conflictos armados-, el apoyo a los refugiados, la asfixia de la deuda externa en el tercer mundo, y la violencia motivada por la religión son los aspectos estrella de las discusiones por grupo, que comienzan esta mañana. Ayer, los dirigentes y expertos llegados al monasterio a lo largo de la mañana escucharon ya algunas experiencias extremecedoras, por boca de las víctimas.

Llamó la atención los mensajes lanzados por un joven liberiano, llamado Tobías, y por varios indígenas latinoamericanos cuando dirigentes occidentales reclamaron la condonación de la deuda a los países pobres. "¿Quién debe perdonar a quién?", clamaron los aludidos, legión en este encuentro. La tesis de Tobías y de los indígenas es meridiana: la deuda la tienen los conquistadores que arrasaron sus riquezas y culturas. Doscientos años de aquella conquista de rapiña y exterminio quedan condonados, y el resto de los 300 años, que nos paguen al 5% de intereses, sostuvieron religiosos mayas salvadoreños y guatemaltecos.

Otra tesis es que quienes contraen tales deudas con el exterior rico son los dirigentes y los poderosos de cada país, mientras que quienes pagan las facturas son siempre los pobres. Gran parte de esos países gasta un promedio de 14 dólares por persona en reducir la deuda externa y apenas cinco dólares por persona en mejorar los servicios de salud y educativos.

Siembra de violencias

Más preocupante es la siembra de violencia motivada por la religión. El arzobispo Martínez Sistach, en su breve salutación a los reunidos, subrayó el carácter pacífico de las religiones "auténticas", poniendo el acento en que es "urgente y muy necesario" difundir mensajes de paz que destierren las sensaciones contrarias. Sin embargo, religiosos y expertos llegados de EE UU se mostraron desolados por la virulencia con que en su país se manifiestan no pocas religiones ajenas al cristianismo, dominante allí, como consecuencia de la invasión y guerra de Irak, que el presidente George Bush avaló con apelaciones al nombre de Dios.

Entre las personas que se desplazaron hasta Montserrat para participar en estas jornadas previas al multitudinario parlamento religioso que abre sus puertas el próximo miércoles en Barcelona estaban el copresidente del Comité del Programa del Parlamento de las Religiones del Mundo, Raimon Panikkar, y el ex director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, además del teólogo Hans Küng, que acaba de concluir su esperada monografía sobre el islam.

El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, presidió la inauguración en un salón donde acababa de concluir una multitudinaria ceremonia en varias lenguas, con múltiples rezos -dirigidos por una veintena de religiosos de otras tantas creencias- y deliciosos cánticos, mientras fuera del salón permanecían sentados, en animada tertulia, los prelados católicos Joan Enric Vives, obispo de la Seu d'Urgell; José Ángel Sainz, administrador apostólico de Barcelona y obispo electo de la nueva diócesis de Terrasa, y el ex arzobispo de Tarragona, recién electo prelado de Barcelona, Martínez Sistach. Cuando concluyó la ceremonia multirreligiosa, todos juntos entraron en la sala, arropados por el alcalde Joan Clos y entre susurros admirativos y tímidos aplausos.

El arzobispo Martínez Sistach y el alcalde Clos entran en la sala en presencia de varios monjes budistas.
El arzobispo Martínez Sistach y el alcalde Clos entran en la sala en presencia de varios monjes budistas.CARLES RIBAS

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