Los incendios del Berguedà y el Bages siguen sin juicio 10 años después
El fuego arrasó 45.000 hectáreas por la caída de un cable eléctrico de la compañía Fecsa
Hoy se cumplen 10 años de los incendios forestales ocurridos en el Bages y el Berguedà que causaron uno de los mayores desastres naturales vividos en los bosques de Cataluña. Los hechos originaron la apertura de dos procesos judiciales que siguen pendientes de juicio. En el caso del incendio de Sant Mateu de Bages es porque aún no se han esclarecido las causas del siniestro, mientras que el caso del fuego declarado en el municipio de Montmajor aún no ha superado los trámites entre el juzgado de Berga, el penal de Manresa y la Audiencia de Barcelona.
El incendio del Berguedà se inició después de que un cable eléctrico de Fecsa cayera al suelo roto y tras chispear varias veces acabase en contacto con otro cable. Después de un largo proceso de petición de pruebas, el Juzgado de lo Penal de Manresa fijó el juicio para octubre de 2002, pero un error formal en el proceso hizo volver el expediente al juzgado de Berga, de donde aún no ha retornado. Las más de 60 personas implicadas están a la espera de que se hagan las correcciones pertinentes, porque los errores formales suponían, entre otros problemas, que una buena parte de la acusación quedase fuera del expediente por una supuesta presentación fuera de plazo.
Los abogados de la acusación no deseaban que acabase en la Audiencia porque eso suponía una nueva y larga demora y porque las peticiones penales no superaban los cinco años de prisión en ningún caso. La acción penal se solicitaba contra un empleado de Fecsa y contra la compañía de manera subsidiaria.
En el incendio del Bages y del Berguedà se perdieron 45.000 hectáreas de bosque, la mayoría de pino, roble y encina, y lo que es peor, la vida de dos personas, en Casserres (Berguedà). Los mismos días, en otro incendio cercano, en Montserrat, tres jóvenes perdían la vida atrapados en la humareda de una cueva de la zona de Collbató donde se habían intentado refugiar.
El incendio se produjo en un día con condiciones meteorológicas extremas: 40 grados de temperatura y una humedad del 4%, junto a un viento que llegó a ser de 60 kilómetros por hora. Los bosques donde se produjo estaban, en gran parte, abandonados, porque la explotación forestal hace muchos años que no es negocio para los payeses y para los propietarios de las tierras de estas zonas. Entre el punto de inicio de un incendio y el otro distan más de 60 kilómetros y los dos fuegos se llegaron a unir.
El incendio quemó durante cinco días, y con el espíritu del voluntarismo olímpico aún muy reciente, los bosques de la Cataluña central recibieron un alud de personas dispuestas a parcipar en las tareas de extinción. Hoy se celebraran distintos actos de recuerdo de estos incendios y un homenaje en Sagàs a los voluntarios que participaron en las tareas de extinción.
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