Tiemblan los muelles de Bilbao
Grietas en la estructura del paseo de la Ría cerca del Guggenheim causan el segundo siniestro en dos años
Los muelles de la ría de Bilbao han vuelto a fallar por tercera vez en los últimos once años. No ha sido tan espectacular como en las dos ocasiones anteriores, pero la lectura es la misma: su estado es más que precario.
Ocurrió cuando caía la tarde del pasado jueves. Varios vecinos que paseaban por el muelle de Uribitarte, a apenas 200 metros del Museo Guggenheim, escucharon un ruido bajo sus pies y alertaron a las autoridades. En la mañana de ayer se confirmó la presencia de grietas a lo largo de 60 metros en los pilotes que soportan los muelles. Los desperfectos han llegado incluso al propio paseo, con desplazamientos de losetas. La circulación del tranvía, cuyo trazado discurre junto a los muelles, se suspendió hasta las 10.30 para "garantizar la seguridad", según aseguraron las autoridades, y 200 metros del paseo, hasta el Guggenheim, permanecerán cerrados al tránsito peatonal.
No ha resultado como en 1993 o en 2001, cuando se desplomaron zonas del paseo junto a la Ría en Campo Volantín, casi enfrente de la zona de este último siniestro, y en Urazurrutia, frente al Casco Viejo. Con todo, el Ayuntamiento teme que también se produzca un derrumbe. "Es probable que termine cediendo el muelle", reconoció ayer el concejal de Obras y Servicios, José Luis Sabas.
Las pruebas no invitan al optimismo. En sólo dos horas, los técnicos comprobaron ayer cómo se ensanchaba una hendidura al borde del muelle. "Las dos próximas mareas van a ser determinantes, pero creo que habrá que esperar a que ceda o, si no, entramos a demoler", comentó el edil bilbaíno.
Los primeros análisis apuntan a un fallo en las dos vigas de madera bajo el agua que ofrecen el primer soporte a los muelles, rematado luego con los pilares de hormigón. "La madera hundida bajo el agua suele durar unos 100 años, por lo que estará en sus últimos años de vida", apuntó el concejal de Intervenciones Estratégicas Ibon Areso, anterior responsable de Obras. "Ha cedido por vejez", zanjó.
El desplome de 2001 alertó a las autoridades de la necesidad de revisar todos los muelles de la Ría en Bilbao. Se aprobó un convenio entre el consistorio, el Puerto de Bilbao y la Jefatura de Costas, las otras entidades con competencias, para realizar un estudio, pero la ejecución de las obras sigue pendiente. "No sabemos en qué situación está", admitieron ayer los responsables municipales, pese a que han transcurrido ya tres años.
Mientras, los miles de ciudadanos que pasean a diario por esa ribera verán limitado su tránsito: el trayecto junto a la Ría se ha cortado, aunque se mantiene una franja al lado de las vías del tranvía para que exista un acceso.
El Ayuntamiento de Bilbao anuncia que la reparación será un proceso "largo y complejo": requerirá al menos un año. El consistorio recalcó que en el resto del paseo la seguridad está garantizada y el tranvía no se ha visto afectado en ningún momento.
Algunos obreros que trabajaron durante la pasada década en la construcción del Guggenheim recuerdan el continuo tránsito de camiones por encima de los muelles y que ya entonces pensaban que "con ese peso, los muelles no pueden aguantar mucho".
La revisión de toda la Ría a su paso por Bilbao dará la respuesta. "La Ría nos da muchas alegrías, pero también algunas tristezas", resumió Sabas.
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