Ralf no correrá hasta septiembre

El terrible accidente sufrido por Ralf Schumacher en el Gran Premio de Estados Unidos, cuando golpeó el muro a más de 300 kilómetros por hora tras perder el control de su Williams a la entrada de la recta de meta, va a tener consecuencias mucho más graves de las previstas en un primer momento. La revisión a la que se sometió el piloto alemán en su país, en la clínica Bad-Nauheim, cerca de Francfort, reveló que el menor de los Schumacher sufre una doble fractura de la columna vertebral.

La noticia la recibió Ralf el miércoles, precisamente el día que cumplía 29 años. Y se mostró furioso: "Ha sido un verdadero shock", explicó; "ya me habían examinado en Indianápolis y me habían dicho que estaba bien, así que me he escapado por poco de una catástrofe. Quiero saber qué ha pasado porque estoy indignado con los médicos estadounidenses".

El primer diagnóstico señala que el piloto de Williams necesitará un periodo de recuperación de ente ocho y doce semanas. De este modo, su regreso no se produciría hasta el 12 de septiembre en el circuito italiano de Monza. Como primera medida, Ralf se plantea denunciar a los médicos que le atendieron en Estados Unidos, quienes le enviaron a casa sin descubrir la gravedad de su lesión. "Queremos saber qué es lo que le hicieron en América", señalaban desde el entorno del alemán.

La baja de Ralf Schumacher ha abierto las puertas a Marc Gené, el primer probador del equipo, que será quien se ponga al volante del Williams este domingo en Magny- Cours, donde se disputa el Gran Premio de Francia. Gené ya tuvo que sustituir a su compañero en septiembre del año pasado, cuando Ralf sufrió un accidente en un entrenamiento. El español disputó el GP de Italia, donde finalizó en un magnífico quinto puesto. Aunque en Williams aseguran tener una confianza total en Gené, lo cierto es que algunos movimientos de la escudería van en otra dirección. Así lo demuestra que hayan tanteado la posibilidad de fichar al australiano Mark Webber, actualmente en el equipo Jaguar.

Por otra parte, el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Max Mosley, anunció que abandonará su puesto, al que accedió en 1991, en octubre. Además de revelar su retirada, Mosley explicó que había ordenado que se estudie la reducción de la potencia de los monoplazas "porque si seguimos por este camino alguien acabará muerto".