400 marquesinas de autobús contarán con reloj-termómetro
El Ayuntamiento colocó ayer el primero en la plaza de España
El Ayuntamiento comenzó ayer a instalar los relojes-termómetro en las calles de la ciudad. Los aparatos se situarán en las marquesinas de la EMT, a diferencia de los hasta ahora existentes, que se enclavaban en las aceras. Paz González, concejal de Medio Ambiente, explicó ayer que el coste de la operación es "cero" para el Consistorio, ya que forma parte del pago en especie de la empresa adjudicataria de las 3.700 marquesinas. El contencioso que el Ayuntamiento mantiene con la anterior adjudicataria le ha impedido convocar un nuevo concurso. Antes de 2006 habrá 400 aparatos.
El calor era ya sofocante cuando a las 11.15 horas la concejal de Medio Ambiente ponía en marcha el nuevo reloj-termómetro que marcó en la plaza de España 31 grados. Ayer, el Ayuntamiento comenzó a colocar los 180 aparatos que estarán instalados antes de fin de año. Este número se elevará hasta 400 a finales de 2005. El contencioso que el Consistorio mantiene con Decaux, la anterior empresa adjudicataria de este contrato, le ha impedido sacar a concurso un nuevo contrato y a tener que inventarse una fórmula -el pago en especie- que le permita a Madrid volver a contar con estos aparatos.
El proceso de reclamación por parte del Ayuntamiento contra Decaux sigue en marcha. La próxima semana finaliza el plazo de alegaciones y, posteriormente, la Concejalía de Medio Ambiente enviará toda la documentación al Consejo de Estado para que dictamine quién tiene la razón. El Ayuntamiento decidió en abril pasado anular el contrato de instalación, mantenimiento y explotación de los 530 relojes y termómetros callejeros que debían estar repartidos por toda la capital. Medio Ambiente consideró que la empresa contratista carecía de la tecnología necesaria para ejecutar la oferta que hizo en 2002, cuando se presentó al concurso de adjudicación. Por ello, el Ayuntamiento reclama una indemnización de 6,8 millones
Esta adjudicación está, además, denunciada en los tribunales por el grupo municipal socialista, que acusa al anterior alcalde, José María Álvarez del Manzano, y a tres de sus entonces concejales (Ignacio del Río, Mercedes de la Merced y Elena Utrilla) de presunta prevaricación.
Planigrama, empresa del grupo Decaux, se presentó al concurso para la adjudicación de estos soportes junto con la empresa de telecomunicaciones Madritel, que debía encargarse de la parte técnica en el proceso de instalación. Un sistema de transmisiones que, al ir por cable, obligaba a abrir varios kilómetros de zanjas.
"Esta situación en la que estamos nos ha llevado a tener que utilizar las marquesinas y no ha convocar un nuevo concurso. Así desatascamos este problema y además agilizamos todos los plazos administrativo", explicó ayer Paz González.
Cuando la concejal de Medio Ambiente adjudicó la concesión de las 3.700 marquesinas de la EMT a Cemusa ya contempló la posibilidad de que esta empresa pagará, además de 5,5 millones de euros anuales por su explotación, un abono en especie. Entre ellos estaban los relojes-termómetro y los contenedores para pilas usadas. Así los 180 relojes que se han comenzado a instalar forman parte del pago de Cemusa correspondiente a 2004. El resto se instalará a cargo del presupuesto de 2005. En las calles de Madrid habrá al final 400 relojes, 100 más que con el contrato de Decaux.
Corte de luz
Los nuevos soportes presentan avances técnicos, como las pantallas dobles que permiten su visibilidad a ambos lados; GPS, lo que permite su actualización inmediata, y reconexión automática después de un corte o fallo del suministro eléctrico, con ajuste horario automático y sensor de temperatura. En el futuro también informarán de los niveles de polen.
El concejal socialista José Manuel Rodríguez, portavoz en el Área de Obras y Equipamientos en Vías Públicas, se congratuló ayer de que, "por fin, después de dos años", el equipo de gobierno haya sido capaz de volver a instalar relojes-termómetro en la ciudad. "Ello no implica que hayamos olvidado cómo ha sido el proceso ni que no debamos reiterar nuestro disgusto por la incapacidad, primero del gobierno de Manzano y después del de Gallardón, de gestionar un contrato para garantizar el funcionamiento de estos elementos.
Inés Sabanés, portavoz de IU, considera un "riesgo" la decisión adoptada por el Ayuntamiento. "Se ha tomado cuando todavía está sin resolver el contencioso con la anterior empresa. Y no se garantiza que los madrileños puedan seguir disfrutando de este servicio".
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