Los expertos respaldan la propuesta del carné de conducir por puntos
Asociaciones, autoescuelas y compañías de seguros aplauden las medidas anunciadas
El avance, por parte del ministro del Interior, José Antonio Alonso, del sistema elegido para la implantación del carné por puntos ha conseguido un aprobado en la mayor parte de las empresas y asociaciones relacionadas con el mundo del automóvil. Ayer se podían escuchar muy pocos peros a los datos desvelados por el Gobierno. Los únicos que se mostraron más recelosos por la trascendencia que tendrá la medida en su actividad son los conductores profesionales.
Aunque los parabienes superan con creces a las críticas, las asociaciones consultadas advierten de que el Gobierno ha de mantener una actitud vigilante. El secretario ejecutivo de la Fundación RACC, Alfonso Perona, alerta de la tentación de las autoridades de transferir tras la puesta en marcha en 2005 del nuevo sistema toda la responsabilidad de los accidentes a los conductores: "Todavía queda un gran trabajo pendiente para eliminar puntos negros en las carreteras y en la mejora sustancial de la señalización". Perona remacha que la norma que prepara el Gobierno, "en la que se suma la pérdida de puntos a las sanciones económicas, es muy parecido al francés, que se ha mostrado muy eficaz, pero no es la panacea".
Las asociaciones de automovilistas también entienden imprescindible potenciar los cursos de sensibilización y educación vial "porque eso es lo que realmente nos separa de Europa". También se muestran de acuerdo con que los nuevos conductores tengan durante un periodo de tiempo menos puntos que los automovilistas con más experiencia -seis o siete frente a 12-.
Según el portavoz del Real Automóvil Club de España (RACE), Diego Azúa, los estudios indican que entre los 18 y 30 primeros meses de carné es el periodo más peligroso, "y menos puntos harán que se generen buenos hábitos de conducción". Las críticas del RACE a la iniciativa del Gobierno vienen "porque se van a penalizar con los mismos puntos infracciones que no son equiparables". Según Azúa, "no es lo mismo que vayas hablando por el móvil, que saltarse un semáforo en rojo".
Uno de los puntos más polémicos, y que aún no ha sido despejado, es conocer quién impartirá los cursos de sensibilización, pensados para recuperar o aumentar el número de puntos. Azúa asegura que los autoclubes son los lugares más adecuados para esta labor. "Así funciona en el resto de Europa porque nosotros tenemos más conciencia práctica y de concienciación, mientras que las autoescuelas son más teóricas", asegura. Algo con lo que no está nada de acuerdo el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas, José Miguel Báez, que define la reforma propuesta como "uno de los pasos más importantes que se han dado en materia de seguridad vial en los últimos años". Báez replica que si alguien debe estar encargado de la sensibilización y reeducación son ellos: "Tenemos 8.000 locales y sabemos lo qué hay que hacer, salvo en los casos de adicciones [a las drogas], que corresponden a los psicólogos". Por su parte las compañías de seguros valoran también positivamente la propuesta y esperan a un conocimiento más profundo de la norma para decidir cómo puede afectar a sus pólizas.
Mientras, son los conductores profesionales los que se encuentran en una situación de incertidumbre, ya que aún no se ha determinado un modelo para ellos. Desde la Confederación Nacional de Organizaciones Empresariales de Transporte se ve con preocupación que se intente establecer el mismo baremo para los profesionales y se reclama su participación en el desarrollo de la norma. Su secretario general, Miguel Valverde, advierte de que para ellos "el carné es parte del trabajo, y una de dos: o se contempla la separación de las infracciones cuando conducen profesionalmente o en su vida normal", o se les dan más puntos.
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