Sin socorrista
El viernes 25 de junio, en la piscina municipal Marqués de Samaranch, apellido de connotaciones olímpicas, en el distrito madrileño de Arganzuela, no nos pudimos bañar a la hora establecida, nueve de la mañana, porque "no había llegado el socorrista", al parecer preceptivo para quienes se bañan fuera de un curso programado. Explicación, ninguna.
Las piscinas municipales dependen del Ayuntamiento de Madrid. A las 48 horas del desfile de la llama olímpica, nadie había previsto la sustitución de un socorrista ausente. ¿No parece excesivo pretender organizar unos Juegos Olímpicos cuando se demuestra incapacidad en la gestión de una simple piscina municipal?
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