"Los tres mosqueteros ya se han hecho la foto y les basta"

El presidente de la Filmoteca Vasca, Martín Ibarbia (Beasain, 1943), vinculado a esta asociación privada desde su creación en 1978, está muy dolido con las instituciones. Tenía hasta licencia para empezar a construir su nueva sede, diseñada por el arquitecto Joaquín Montero, en la Fábrica de Gas de San Sebastián y un ambicioso proyecto de contenidos. Pero el Gobierno, la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento donostiarra, han decidido que su sitio está en el futuro centro de cultura que se quiere levantar en Tabacalera.

Pregunta. Como asociación privada que son pueden negarse a ir a Tabacalera. ¿Van a resignarse a que decidan por ustedes?

Respuesta. El dinero que tenían previsto invertir en la Fabrica de Gas, un proyecto de 12 millones de euros, es suyo, así que poco podemos hacer. Podíamos llegar al absurdo de bloquear un funcionamiento que ya es escaso, porque sólo tenemos una subvención de 240.400 euros; en total, 360.600 de presupuesto, incluidos los sueldos. En todo caso, lo que no entiendo es cómo un proyecto ya cuajado es sustituido por otro aún sin definir. Y además, teniendo en cuenta las características del nuestro.

"Podemos ser invitados a ir a Tabacalera, pero la decisión final es de la asamblea de socios"

P. ¿En qué sentido?

R. No sólo se planteaba un archivo, sino lo que nosotros llamamos Zinegune, un núcleo de lo audiovisual vasco. Habíamos iniciado conversaciones para que, por ejemplo, la asociación de productores Ibaia o la entidad de gestión de derechos de autor Egeda, que está buscando un sitio en San Sebastián, estuvieran en la Fábrica de Gas.

P. ¿Cree que todo eso se pierde en el camino a Tabacalera?

R. Tabacalera debe de ser la chistera infinita de un mago. No hago más que oír cosas que van a ir allí: que si un grupo de mujeres, que si un centro de investigación gastronómica, las oficinas del Festival de Cine, el Centro de Fotografía,... Si esto no es no saber lo que quieres hacer... Creo que ese componente de desarrollo de lo audiovisual se pierde, porque Tabacalera va a tener inquilinos muy heterogéneos que van a tener que convivir.

P. ¿No ve nada positivo en integrarse en un centro internacional de carácter audiovisual?

R. Todavía no sé si Tabacalera va a estar centrado o no en lo audiovisual. Evidentemente, si al final hay unos planteamientos razonables y hasta atrevidos, el que la Filmoteca esté allí no le vendrá mal a nadie. Lo que discuto es el hecho de que, habiendo un proyecto muy definido con una proyección importante de país, de ciudad y de barrio, se desprecie alegremente.

P. ¿Se ha sentido ninguneado por las instituciones?

R. No sé si ésa es la palabra. Creo que es un estilo de llevar las cosas que tienen los políticos, pero los tres mosqueteros ya se han hecho su foto y les basta. Ninguno conoce nuestro proyecto en profundidad, sólo la carcasa. En todo caso, podemos ser invitados a participar en Tabacalera, pero la decisión final corresponde a la asamblea de socios.

P. ¿Y si la asamblea no lo aprueba mañana?

R. Veremos lo que pasa. Habrá que seguir hablando, porque al monte no nos vamos a echar.

P. ¿Qué pasos van a dar?

R. Vamos a exigir garantías para el buen funcionamiento de esta filmoteca, la única privada de toda España. Llevamos más de 25 años sustituyendo a la Administración en esta tarea por su dejación y la Filmoteca de un país no puede seguir con 360.600 euros al año. Tiene que pasar en un proceso inicial a disponer de, como mínimo, 1.200.000. Vamos a exigir además que nos garanticen una gestión autónoma en Tabacalera y antes de que eso llegue, que nos cedan mil metros cuadrados de espacio porque estamos ahogados, también desde el punto de vista espacial.

P. ¿Le han entrado ganas de tirar la toalla?

R. Sí.

P. ¿Y lo va a hacer?

R. No me puedo marchar en este momento. Tengo que terminar esta fase, pero me cuestionaré muy mucho continuar.