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Entrevista:FRANCISCO HERNÁNDEZ, 'EL TÍO PACO' | Pionero del movimiento asociativo gitano

"Las asociaciones gitanas están amordazadas"

Miquel Alberola

Pregunta. ¿Cuál fue el origen del asociacionismo gitano?

Respuesta. En mayo de 1968 la Iglesia no tenía mucho campo de acción y giró la vista hacia nosotros. Temía acercarse por la caricatura de si éramos violentos y llevábamos navaja. A través de algunos intermediarios, varios miembros de la Conferencia de San Vicente de Paul, que era el brazo ejecutivo de Cáritas, mantuvimos una reunión en Nazaret. Les pregunté si eran los clásicos que por Navidad nos daban la mantita y el pucherito y me contestaron que no, que querían hacer acción y reivindicación social. Y ahí empezó.

P. ¿Como una asociación?

R. En principio se llamó Secretariado pro Gitano, luego fue Secretariado Gitano y, ya en la democracia, fuimos un grupo de índole civil que hoy están llamando asociaciones.

P. ¿Tuvo que ser un movimiento tutelado por la Iglesia? ¿No había posibilidad de que surgiera desde dentro?

R. No, eran momentos muy delicados políticamente. La estructura de de Gobierno era tan cerrada que había que ir con mucha cautela.

P. Con la democracia se perdió la tutela de la Iglesia. ¿Fue bueno o malo?

R. Para mí, la Iglesia hubiese tenido que implicarse más. Siempre ha sido muy reacia a participar en la acción civil, y sin embargo fue la que parió el movimiento gitano. Ahora se han dado cuenta, pero ha llegado tarde. Nos dejaron inmaduros. Hemos hecho lo que hemos podido. Nos equivocamos en muchas cosas porque la mayoría de los que hemos estado en las asociaciones somos analfabetos. Pero no analfabetos de letra, sino de saber.

P. ¿Qué quiere decir?

R. Pues que al político hay que presionarle para que haga las cosas, y sin embargo nosotros le damos una placa. Se establece una cierta amistad y te dan un programilla, pero el que presiona al político no interesa.

P. ¿Me está diciendo que la política de subvenciones es para comprar voluntades?

R. Sí. Ha habido unos casos muy elocuentes.Cuando ha habido elecciones se han volcado para que el gitano votase a ciertos partidos. Yo no entiendo de política, pero hay que votar a quien defienda tus intereses, sea quien sea. Las asociaciones gitanas están amordazadas por este pequeño escape que les dan. Para mí se están equivocando. Es verdad que necesitamos escuelas taller para aprender un oficio cualificado, pero a cambio se está olvidando de la cultura gitana. Lo que no se ha conseguido con torturas, persecuciones y humillaciones lo lograrán estos programas.

P. ¿Estos programas no contemplan el estudio de la cultura gitana?

R. No. Es fundamental no perder nuestro idioma, y ya sólo lo conocen algunas personas mayores. Si presentas un programa para eso y lo mandas a Cultura, lo echan a la papelera. En las escuelas taller hay un duro por medio y en la cultura, no. No les interesa. Como consecuencia, yo veo a muchos chavales que están perdiendo la gitanidad. Nuestra cultura, como es ágrafa, se transmitía de forma oral, pero hoy con la televisión eso es imposible. Por este camino dentro de veinte años sólo serán gitanos aquellos que empiecen a estudiar. No se trata sólo de una lengua, el romanó, sino también de normas de comportamiento. La culpa no es del joven sino de los que tienen que vehicular los recursos de los programas. Al joven gitano el tema no le interesa. Como ya van bien vestiditos tratan de ligar con las no gitanitas (la palabra payo ya no me va gustando) para ver si así pasan desapercibidos. Y sin una cultura sólida, la gitanidad está condenada.

EN DOS TRAZOS

Francisco Hernández, 'El Tío Paco' (Mora d'Ebre, Tarragona, 1936) ha sido camionero y vendedor de alfombras en los mercados durante toda su vida, pero también es uno de los pioneros del movimiento gitano en Valencia. Fue presidente del Secretariado Gitano de Valencia en los años setenta y su visión crítica y reivindicativa le ha llevado a desvincularse del movimiento que ayudó a impulsar. Como está jubilado y sólo sabe distinguir entre blanco y negro, "porque en la verdad y en la mentira sólo están el blanco y el negro", no tiene pelos en la lengua: "Planté una semilla que no me ha gustado el fruto que ha dado", sentencia.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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