Los vecinos votan lo que quieren

Los sevillanos no piden gran cosa: que les repongan el pavimento de alguna calle llena de baches, que instalen juegos infantiles en la plaza de al lado de casa, que se organicen actividades para jóvenes. Y, sobre todo, que les alivien un poco el calor en verano. La petición de una piscina pública para el barrio es una de las más votadas en las asambleas de presupuestos participativos que se han celebrado esta semana en Sevilla. De 11 reuniones organizadas en todos los distritos de la ciudad, han salido seis peticiones de piscina. "Todos quieren una", reconoce la delegada municipal de Participación Ciudadana, Paula Garvín, quien advierte de que hasta que no se crucen los resultados de las votaciones con los criterios de priorización de las propuestas no se sabrá dónde van a estar los nuevos oasis de la ciudad.

El proceso de los presupuestos participativos, los primeros de Sevilla, ha llegado esta semana a su fase decisiva: los vecinos presentan en público sus propuestas y votan las 10 que más les gusten. La iniciativa ha reunido esta semana a 2.493 personas en 11 asambleas en las que se han presentado 980 iniciativas. Entre los asistentes no hay un perfil concreto. Mujeres y hombres, mayores y jóvenes, trabajadores y desempleados, vecinos militantes y ciudadanos poco asiduos a los encuentros del barrio. "Es un fenómeno de convivencia muy bonito. La gente se escucha y se anima", dice Garvín.

El gobierno municipal está ya diseñando las líneas básicas de los presupuestos municipales de 2005. Este año los vecinos deciden a qué se destinan las partidas de cada distrito, las de las delegaciones de Participación Ciudadana y Deportes y el 15% del capítulo de inversiones de la Delegación de Urbanismo. En total, unos 43 millones de euros, alrededor del 5% del presupuesto de la ciudad, un porcentaje que el gobierno quiere ir ampliando para las próximas convocatorias.

"A mí me parece buena idea porque nosotros somos los que mejor sabemos qué es lo que nos hace falta", dice Sacramento Villalba, que ha acudido con su marido "para curiosear y votar" en la asamblea celebrada en el centro cívico Torre del Agua, en el distrito Sur. El matrimonio no traía ninguna propuesta, pero han escuchado varias que merecen su voto. "Es verdad que hay una acera toda levantada por los árboles, eso hay que arreglarlo", señala Sacramento en referencia a una de las iniciativas. También se ha sumado a varias presentadas por padres del colegio público Cristóbal Colón. "Yo no tengo niños, pero se ve muy viejo", dice. La solidaridad entre los vecinos es una de las virtudes que está sacando a la luz este experimento democrático.

Aunque también hay quien se marcha enfadado porque varios barrios están acaparando la sesión. En Torre del Agua, una señora sigue a su marido camino de la puerta de salida con claros síntomas de indignación. "Es como si aquí sólo existieran cuatro calles", señala entre dientes antes de cerrar la puerta. Joaquín Carrasco, un vecino del Tiro de Línea, se ha pasado la tarde subiendo y bajando del escenario para presentar más de una treintena de iniciativas.

Pide el cambio de varios acerados, la reposición de losetas en otras tantas calles, que se repongan papeleras, que se eliminen los "nidos de ratas" que pueblan las juntas de dilatación de muchos bloques del barrio del Plantinar. Un poco de todo y para todos. Pero se alzan algunas voces en contra de que una sola persona pueda presentar tantas iniciativas. "Yo no quiero monopolizar nada", se defiende Joaquín. "Vengo aquí en representación de la asamblea Sur de IU, el consejo escolar del IES Nervión y la asociación de vecinos Mulhacén. No son 30 propuestas mías y, además, esto está abierto a todos".

En teoría cualquier vecino puede presentar tantas propuestas como se le ocurran, pero en la práctica se puede volver en su contra. "A Joaquín le hemos recomendado que no vuelva a hacerlo porque al final la gente sólo le vota una", apunta Garvín, quien se muestra orgullosa porque los resultados de las votaciones han dejado claro que "no hay consignazo" por parte de asociaciones de vecinos ni de partidos políticos. "Hay grupos que van juntos para votar algo, pero en las nueve opciones restantes cada uno se inclina por una cosa", señala.