Los colegios concertados rechazan por falta de plazas una de cada tres solicitudes
Estos centros han dejado sin atender 7.100 peticiones, mientras la red pública tiene 11.100 vacantes
La mayoría de los padres madrileños prefieren que sus hijos estudien en un centro de educación concertado (de titularidad y gestión privada pero sostenido con fondos públicos) a que lo hagan en uno público. Los concertados han rechazado para el curso 2004-2005 una de cada tres solicitudes de admisión (recibieron un 43% más de las que pueden atender), según un muestreo realizado por la Federación Española de Religiosos en la Enseñanza en 118 colegios -de un total de 414- de la región. Sólo en la capital, la concertada rechazó 7.156 solicitudes y a la pública le sobraron 11.147 plazas.
En la Comunidad de Madrid hay dos posibilidades de recibir, de forma gratuita, la enseñanza obligatoria (entre los tres y los 16 años): en centros públicos o en centros privados concertados. La segunda es aún minoritaria -con un total de 414 centros frente a los 1.003 públicos-, pero se ha visto desbordada por el interés de los padres en que sus hijos estudien en estos colegios. El interés llega a tal extremo que muchos progenitores deciden incluso hacer trampas en la solicitud, ya que los criterios que rigen la admisión de alumnos los establece el Gobierno regional.
Estos padres llegan a presentar declaraciones de la renta falsas y certificados médicos fraudulentos, o a empadronar a los niños en casa de algún conocido. Unas prácticas que, según denuncian sindicatos, oposición y la federación de asociaciones de padres de alumnos (Fapa) Giner de los Ríos, están generalizadas.
Los centros concertados rechazaron en la capital -que acoge al 78% de esos 414 colegios- 7.156 solicitudes de familias que los habían elegido como primera opción: 4.824 en infantil, 1.867 en primaria y 465 en secundaria, según datos de la Consejería de Educación. Paralelamente, y también en el municipio de Madrid, las solicitudes de primera opción no llegaron a cubrir 11.147 plazas de las que ofrecían los centros públicos: 4.029 en infantil, 6.066 en primaria y 1.052 en secundaria. En la capital hay 322 colegios públicos.
Sobre el conjunto de la Comunidad no existen datos oficiales, pero un muestreo de la Federación Española de Religiosos en la Enseñanza -que representa al 70% de los concertados- señala que estos centros recibieron en la región un 43% más de solicitudes de las que pueden atender.
¿Qué tienen los concertados que los hace tan atractivos? A los docentes de la pública se les supone más preparados, ya que han tenido que aprobar una oposición para acceder al puesto. Trabajan menos horas y están mejor pagados que en la concertada: 1.500 euros por 18 horas semanales en un instituto público de Tetuán frente a unos 1.100 por 28 horas en uno concertado de Ciudad Lineal.A pesar de esa hipotética mejor preparación del profesorado de centros públicos, muchos de los padres que se han puesto en contacto con EL PAÍS, así como los responsables de la Federación de Religiosos en la Enseñanza (Fere), opinan que los docentes de la pública, en muchos casos, "tal vez se han acomodado en su posición de funcionarios". "Dan sus horas de clase y se van a casa", comentan fuentes de Fere. "Nosotros ofrecemos un ideario y un buen proyecto educativo", añaden.
En cuanto a instalaciones, los públicos las tienen -aulas de informática, laboratorios, gimnasios, ...-, pero en muchas ocasiones están en mal estado. La infraestructura está ahí, aunque tal vez desaprovechada. En definitiva, buenas instalaciones, motivación del profesorado y proyectos educativos de calidad no son exclusivos de unos u otros centros.
El consejero de Educación, Luis Peral, no se atreve a hablar "de las motivaciones de cada padre", pero aventura que una de las razones de esta avalancha de solicitudes a los centros concertados puede ser, simplemente, que los progenitores "prefieran para sus hijos una educación religiosa" (el 70% de los concertados está representado por la Fere). Más allá de eso, "depende de cada centro, por ejemplo, los nuevos colegios bilingües han aumentado un 40% las solicitudes ", añade.
"Demanda manipulada"
Según Adolfo Navarro, diputado socialista en la Asamblea de Madrid, la diferencia está clara: "La demanda está manipulada porque la oferta no es equiparable". Los colegios concertados nacieron para llegar allí donde no podía la pública, pero, en teoría, ofreciendo en ambas "similitud de servicios, teniendo un alumnado similar y siendo ambos gratuitos". "Ninguna de las tres premisas se está cumpliendo", asegura.
En la concertada se dan cinco horas más de clase, señala Navarro, y, en cuanto a la gratuidad, "la mayoría de los concertados cobra por diferentes conceptos: una cuota anual por material escolar, otra mensual por actividades complementarias, que se realizan en horario lectivo", y otra más por actividades extraescolares. Desde la Fere niegan que se cobre por actividades en horario lectivo y aseguran que sólo lo hacen por los servicios externos y opcionales, como las actividades extraescolares o el comedor. "La minuta por el servicio de comedor es, en la mayoría de los casos, más alta que en los públicos", dice Mercedes Díaz, presidenta de la Fapa Giner de los Ríos, que aglutina a 800 asociaciones de la región.
En total, sea poco o mucho, algo se cobra -en algún centro conocido por este periódico se pasa a los padres un recibo de 60 euros mensuales en concepto de "donativo"-, lo que acaba con la gratuidad y, con ella, con la similitud del alumnado: los alumnos con necesidades educativas especiales (básicamente inmigrantes) se concentran en la pública. No todos los chavales de otros países tienen estas necesidades, pero sí la mayoría, según un estudio de CC OO.
El curso que viene serán 90.000 los alumnos procedentes de otros países. En el curso que acaba de terminar, el 27% de ellos estudió en los concertados de la región. Pero en la capital, donde se concentra la mayoría de estos colegios, "el porcentaje disminuye hasta el 15%", asegura Navarro. "La pública se ha quedado sólo para atender la llegada masiva de inmigrantes", continúa. Los Gobiernos del PP "están rompiendo la unidad de un sistema que forman la pública y la concertada, dejando la primera para atender a las clases más desfavorecidas y la segunda para las clases medias. No se trata de racismo o xenofobia, sino simplemente de que la excesiva concentración de alumnos con estas necesidades retrasa el aprendizaje de los demás", explica Navarro. El curso que acaba de terminar, en Madrid había 67 centros escolares con más alumnos inmigrantes que españoles, y la mayoría de ellos (59) está en la capital. Ocho de cada diez eran públicos, y el resto, concertados.
Según Luis Peral, "los inmigrantes no son un problema, al contrario: tienen una capacidad de superación y aprendizaje que ya quisieran muchos". Sin embargo, tanto el PSOE como sindicatos, asociaciones de padres e incluso el defensor del Menor piden una distribución equitativa de los chavales con necesidades educativas especiales entre ambos tipos de centros, así como una revisión del sistema de baremación para evitar fraudes. "La Comunidad es responsable de los problemas de la escuela pública. Debe construir más centros y liderar una reforma que pase por ampliar el horario de apertura de los colegios y mantenerlos abiertos en julio", propone Francisco García, de CC OO.
Además, Navarro propone un plan de urgencia para revitalizar los centros públicos, un pacto de corresponsabilidad con las concertadas y, si se realiza un reparto equitativo de estos alumnos, revisar la financiación de la concertada. "No se puede tener la misma financiación que hace diez años con la enorme cantidad de chavales extranjeros que han llegado a la capital, con la complejidad educativa que ello conlleva". Entre 1999 y 2003 ha aumentado un 350% el número de niños inmigrantes en la región. "Nuestra intención es apostar de lleno por la pública" y "la prueba es que el 70% de los alumnos, que son los que estudian en la pública, tiene el 80% del presupuesto", dice Peral.
No todos los centros públicos tienen una gran concentración de niños con necesidades especiales -a los inmigrantes se les suman los tradicionales colectivos con este perfil: chicos de etnia gitana o procedentes de familias deshechas o marginales-, pero la realidad es que ésta es la imagen que proyectan a los padres.
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