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Un juez investiga una denuncia contra el jefe superior de Policía por malversación

El denunciante es un comisario que lleva cerca de 40 años destinado en Euskadi

Un juzgado de Instrucción está investigando una denuncia presentada en marzo pasado por un comisario destinado en Bilbao contra el jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Barón. El juez ha abierto diligencias previas por un presunto delito de malversación, mientras que el denunciante cita hechos que entiende podrían ser constitutivos de delitos de lesiones, coacciones, injurias y contra la integridad moral. El mando denunciante, quien lleva destinado casi 40 años en Euskadi y ha sido condecorado en numerosas ocasiones, apunta en su escrito una posible malversación del dinero de la residencia usada por más de 300 agentes, situada en Basauri. El juez ha citado a Barón para que declare mañana como denunciado. El comisario se ratificó el 27 de mayo ante el juez en todos los extremos de su denuncia.

Ese día, el comisario denunciante informó al titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao, Eduardo Luis González del Campillo Cruz, de que Enrique Barón conocía los extremos de la denuncia. El comisario declaró al juez que en un encuentro que se produjo en el exterior del bilbaíno hotel Ercilla el pasado 26 de abril, el jefe superior le dijo que sabía "que le había denunciado y que estaba en su derecho, pero que si supiera todo lo que él [Barón] tenía contra el declarante, desistiría de la denuncia", segun consta en la declaración prestada por el comisario, quien desea preservar su anonimato.

En la providencia posterior, fechada el pasado 27 de mayo, en la que llama a declarar a Enrique Barón "en calidad de denunciado", el juez ordena además deducir testimonio (abrir nuevas diligencias) y remitir al juzgado esas declaraciones "por si los hechos fuesen constitutivos de delito".

El mando denunciante se halla actualmente de baja y siguiendo tratamiento psiquiátrico por un "síndrome de estrés por coacción continuada, con relación directa entre la problemática laboral y la enfermedad", según consta en el escrito de denuncia, de 22 folios, que atribuye ese diagnóstico a un informe médico realizado el 1 de marzo pasado. Barón lleva destinado en Euskadi desde 1999.La parte de la denuncia del comisario relacionada con la posible malversación -el juez ha abierto las diligencias previas 933/04 bajo el presunto delito de malversación y tomará mañana declaración a Barón como "denunciado"- tiene tres apartados:

- Residencia. La denuncia indica que la potestad de emplear los fondos recaudados por el uso de la residencia de Basauri (cada policía que la emplea abona unos 24 euros mensuales, en pagos bimestrales) "podrían ser empleados según decisión del jefe superior". El denunciante asegura que sus desavenencias con el jefe superior comenzaron en parte cuando en mayo de 2002 se negó a hacerse responsable de la residencia en función de su cargo de secretario general. Siempre según el denunciante, entonces "había más de 75.000 euros en la caja de la residencia". La residencia cuenta con unas 300 plazas.

La denuncia apunta que "no se tiene conocimiento de que el Ministerio de Hacienda tuviese constancia de tales gastos e ingresos y del destino que se le daba a los mismos". Entre los gastos se cita "casi medio millón de pesetas en la compra de bancos, mesas de madera con destino a un choco, pago de cantidades importantes en instalación y contrato de canales televisivos, compra de mobiliario, reparaciones,..."

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- Festividad del Patrón de la Policía de 2001. La denuncia señala que los gastos de ese año en la celebración se repartieron de esta manera: una asignación de la Dirección de la Policía "que superaba las 300.000 pesetas" y otra aportación "por valor de unas 125.000" de la Subdelegación del Gobierno de Vizcaya. "Igualmente se invirtió en dichos actos un millón de pesetas aproximadamente del haber de la residencia", subraya el escrito. La denuncia habla de una comida por 350.000 pesetas a la que asistieron 81 comensales: 50 que pagaron de sus bolsillos las 7.000 pesetas del menú y los 31 restantes, cuyas invitaciones "fueron reservadas y entregadas al jefe superior, siendo utilizadas por otros tantos invitados-amigos del mismo".

La denuncia indica que el hotel Ercilla "expidió una factura por el total de 81 comensales, pero la anuló posteriormente por otras dos, una por valor de 350.000 [pesetas], importe de 50 cenas y otra por valor de 217.000, importe de un luch celebrado en la Jefatura Superior" de Policía de Bilbao durante la celebración de los Ángeles Custodios, la fiesta patronal de la Policía. Posteriormente, siempre según la denuncia, la cantidad recibida de esa Dirección [General de la Policía] se justificó con dos o tres facturas consecuencia de dichos actos y que fueron presentadas días después de la celebración por la señora habilitada, al comisario que suscribe, como secretario general, para su remisión a esa Dirección, constando la firma de la misma y el visto bueno del jefe superior".

- Un traje de 150.000 pesetas. Tras sufrir unas goteras en su residencia oficial por unas obras para renovar la terraza, la denuncia indica que el jefe superior adujo que "se le había deteriorado un traje que valoró en 150.000 pesetas y otros efectos y prendas"

por valor de 50.000 pesetas. La denuncia sostiene que el contratista de la obra le dijo al denunciante haber "entregado personalmente un cheque bancario a nombre del jefe superior por una cantidad aproximada a las 200.000 pesetas". Y refleja, también, que "se desconoce si la Dirección General de la Policía instruyo el correspondiente procedimiento de indemnización".

"Todo es falso"

Enrique Barón negó anoche a EL PAÍS "todo" el relato de hechos contenido en la denuncia. "Aportaré al juez toda la documentación que echa por tierra todas las acusaciones", recalcó. En su descargo, Barón presentará la resolución de la Dirección General de la Policía sobre el recurso presentado por el comisario contra su cese en su puesto. La dirección resolvió el 8 de marzo negando la existencia de "desviación de poder" y señaló que los hechos "carecen además del más mínimo componente indiciario de ilegalidad", por lo que certificó la legalidad del cese "por pérdida de confianza".

"Esto lo hago por dignidad y el maltrato al que he sido sometido por quien al principio alabó mi trabajo". Quien habla así, a apenas un año de pasar a la segunda actividad, dice no tener animadversión contra Barón. Recuerda los duros momentos de los 80 en la lucha contra ETA. Una epoca llena de felicitaciones y medallas.

El problema, como resalta, es que casi desde la llegada de Barón al cargo "se han venido produciendo una serie de hechos irregulares, a mi juicio incluso delictivos, que he conocido en el ejercicio de mis funciones".

Antes de ir a los tribunales, el comisario habló con el anterior subdirector general operativo de la Policía. El comisario, nombrado por el sistema de libre disposición, para entonces ya no era "de confianza" de su jefe superior. Su cese en el puesto le fue notificado en diciembre de 2003. Presentó un recurso ante la Dirección de la Policía, donde relataba que ya en 2000, "y delante del inspector regional de Servicios", Barón le espetó: "No te enteras de nada. No te aguanta nadie". En otra ocasión le dijo, según la denuncia: "Eres un anormal".

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