Tres médicos de La Paz, a juicio por la rotura del útero de una paciente
Los facultativos tardaron 24 horas en practicar la cesárea a la mujer
Tres médicos del hospital La Paz irán a juicio por una supuesta imprudencia cometida con una parturienta que sufrió una rotura del útero y posterior estallido de la vejiga debido a la presunta tardanza en practicarle una cesárea. Se trataba de una mujer cuyos complicados embarazos anteriores permitían calificarla de paciente de "alto riesgo".
La supuesta negligencia ha dejado secuelas en la madre y otras aún más serias en el bebé -que aún hoy apenas si habla-, ya que soportó un gran sufrimiento antes de nacer por falta de oxígeno. El problema es que la madre no dilató lo suficiente y los médicos, pese a los antecedentes, tardaron demasiadas horas en practicarle la cesárea.
Los facultativos imputados -que se corresponden con las iniciales de R. G., J. I. S. y F. M.- irán a juicio, ya que el Juzgado Instructor, el número 41 de Madrid ha concluido las pesquisas y convertido las diligencias en procedimiento abreviado. Además, el juzgado ha remitido a las partes las diligencias para que califiquen jurídicamente lo ocurrido. La Fiscalía de Madrid también ha apoyado la continuación del proceso.
El forense judicial elaboró un informe en el que indica que a la paciente debió de hacérsele la cesárea sin demora.
Los hechos ocurrieron a finales de 1998, en la maternidad del hospital La Paz. Tras un embarazo normal, la paciente, C. E. P., de unos 33 años, sintió los primeros dolores y acudió al centro sanitario. Iba nerviosa porque en un anterior parto ya había tenido problemas de dilatación y entonces fue necesario practicarle una cesárea; y así lo contó a los médicos.
Acudió al hospital cerca de las once de la noche, según fuentes cercanas a las pesquisas. Pero entre que la madre llegó y contó a los médicos su dificultad de dilatación y hasta que finalmente nació el bebé pasaron cerca de 24 horas.
Poco después de llegar al hospital, los médicos pusieron a la paciente el goteo y le rompieron la bolsa con vistas a que ésta dilatase lo suficiente: el bebé era grande. La mujer comenzó a sufrir fuertes dolores. Hacia las dos de la madrugada los médicos le aplicaron anestesia epidural. Hasta ese momento sólo dilató tres centímetros, según indican los citados medios. Quince horas después de su ingreso hospitalario, la mujer sólo había podido dilatar cinco centímetros. El feto, pues, estaba sufriendo, hasta el punto de que en ese momento registraba más de 37 grados.
Según los citados medios, la mujer no se cansó de pedir a los médicos y enfermeras que pasaban por su habitación que le practicasen la cesárea, argumentando que ya había tenido un parto anterior y que hubo que hacérsela.
El bebé, tras el largo sufrimiento del parto, nació ya con secuelas, mientras la madre ha quedado esterilizada, sin útero y sin posibilidad de volver a tener más hijos. El bebé, además, padeció al nacer una encefalopatía y otras secuelas irreversibles derivadas de la falta de oxígeno en el interior del útero.
Un portavoz del hospital declinó ofrecer su versión de los hechos por estar sub iudice.
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