Los 25 pactan el reparto de poder más complejo y farragoso de la historia de la Unión Europea
Jean-Claude Juncker (Luxemburgo): "No soy capaz de llevar esto a un referéndum"
El francés Valéry Giscard d'Estaing, el principal promotor de la Constitución europea, prometió una fórmula "sencilla y comprensible" para el reparto de poder. Los Veinticinco aprobaron anoche la más compleja y farragosa en la historia de la Unión. "Yo no soy capaz de llevar esto a un referéndum. Le deseo mucha suerte al que tenga que hacerlo", dijo en la mesa de reuniones el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, al comentar la fórmula. Para España, la solución, que entrará en vigor en 2009, es positiva: se acerca mucho a lo que exigía José Luis Rodríguez Zapatero.
La base del sistema es la doble mayoría de Estados y población. Una decisión en el Consejo de la UE será válida, incluyó Giscard en su proyecto, cuando sea apoyada por una mayoría de Estados (50%) que represente al menos a tres quintos de la población (60%). Punto. Los Veinticinco estaban anoche a punto de pactar que las decisiones sean tomadas por al menos el 55% de Estados que representen al menos al 65% de la población. Ésa será la definición de la mayoría cualificada en la Ley Fundamental.
La base del nuevo sistema es la doble mayoría de Estados y población
¿Por qué 55% y 65%? Para combinar intereses y opciones de bloqueo de unos y otros. Es sólo el principio del enredo. Con la combinación 55-65, sólo tres grandes países reúnen una población adecuada (más del 35%) para bloquear cualquier acuerdo. Para evitarlo, primera cláusula añadida: el mínimo número de países para bloquear será de cuatro. Segunda: coalición mínima de 15 países para poder aprobar. Tercera: las abstenciones no serán tenidas en cuenta al contabilizar Estados y la población. Cuarta: cuando la propuesta que analice el Consejo no provenga de la Comisión o del ministro europeo de Exteriores, la mayoría cualificada será el 72% de los Estados que representen al menos al 65% de la población.
Quinta cláusula: si una coalición de países que rechace un acuerdo suma más del 30% de la población de la UE o está compuesta por más del 40% de los Estados, el Consejo hará todo lo que esté en su mano para conseguir un arreglo antes de votar. Este apartado (cláusula Ioannina, se denomina) se introdujo para que Polonia aceptara la fórmula global. Sexta: en reuniones del Consejo en las que no todos los Estados tienen derecho a voto (en los de ministros de la zona euro, por ejemplo), las combinaciones 55-65 y 72-65 serán adaptadas y la minoría de bloqueo matemática por países tendrá que sumar una unidad.
Al margen de las complejidades, la fórmula supone para España mucho más poder que el otorgado en el proyecto constitucional. Al elevar el porcentaje de población al 65%, España tendrá muchas más opciones de bloquear decisiones en áreas clave como la agricultura con sus socios tradicionales en ese terreno. Zapatero insistió en llegar al 66,6% (dos tercios de la población), pero tuvo que ceder ese 1,6% para no impedir el pacto final que, como siempre sucede en la UE, no es satisfactorio para nadie porque todos ceden algo. Como había exigido Zapatero, el número mínimo de países para bloquear será de cuatro, una cláusula que aproxima el peso de España al de Francia, Italia y Reino Unido. Sin esa cláusula, estos tres juntos podían bloquear (dos de ellos con España, no), igual que cualquier combinación de dos de ellos con Alemania. Es éste el país más beneficiado con el sistema de doble mayoría, porque, por vez primera en la historia de laUE, que se creó sobre la paridad de poder entre Alemania y Francia, Berlín tendrá ahora más poder que París y que ningún otro gracias a su diferencia de población, el factor que da ahora más peso a los grandes.
En el Parlamento Europeo, el pacto final abre claras opciones a España para recuperar entre cuatro y cinco escaños de los 14 que perdió José María Aznar en Niza. Habrá un total de 750 escaños en la Cámara con dos reglas de principio: seis escaños al menos para los más pequeños (uno más que en el proyecto) y 96 como máximo (Alemania tiene 99 y cede tres). La compensación para los pequeños es doble: tienen más opciones de bloqueo al aumentar a 55% el porcentaje de Estados y reciben la garantía de que habrá un comisario por país hasta 2014.
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