La contratación de paquetes para la Costa del Sol cae un 10% por el auge de los vuelos baratos
Los operadores turísticos pierden mercado, pero admiten que aumentará el flujo de visitantes
La federación internacional de operadores turísticos IFTO prevé vender este año un 10% menos de paquetes turísticos para la Costa del Sol, si bien reconoce que esta zona recibirá un incremento de turistas a lo largo de la temporada, por lo que su llamada a los hoteleros para que reduzcan precios no tiene eco de momento. Lo que ocurre es que la hegemonía de las grandes agencias se ve amenazada por el auge de las líneas aéreas de bajo coste. En los primeros cinco meses del año, el número de pasajeros llegados a Andalucía en estos vuelos baratos aumentó un 16%.
Representantes de la IFTO y del sector turístico de la Costa del Sol mantuvieron ayer un encuentro en Málaga para intentar buscar líneas de colaboración ante las nuevas exigencias de los mercados turísticos. Pero la conjunción de intereses no es sencilla. Para los operadores turísticos, el fenómeno de las líneas de bajo coste ha supuesto una pérdida de cuota de mercado y del control absoluto que tenían sobre los canales de emisión de turistas. Pero para los hoteleros, estas líneas baratas ofrecen una interesante oportunidad de diversificación de su clientela.
Los operadores llamaron la atención a los hoteleros sobre este descenso de las contrataciones, que para el conjunto de España estiman entre un 10% y un 15% respecto al año anterior, y les recomendaron abaratar precios para evitar la pérdida de clientes. Según el presidente de IFTO, Martin Barckenbury, "los hoteleros se encuentran en una situación muy difícil porque no se han beneficiado del incremento de los flujos de viajeros y deben plantearse nuevas fórmulas para atraer clientes". Barckenbury advirtió también de la pujanza de nuevos mercados competidores con Andalucía como Turquía, Bulgaria, Egipto y Túnez, y de la creciente demanda de europeos hacia Estados Unidos, Canadá y el Caribe por la buena relación entre el precio y la calidad de los productos y la fortaleza del euro.
El presidente de la patronal hotelera de la Costa del Sol, José Prieto, consideró que no hay motivos para rebajar precios, pues consideró que pese al descenso en los índices de ocupación que se vienen produciendo en los dos últimos años, "estamos en una situación más que digna, sobre todo si la comparamos con lo que está ocurriendo en otros destinos". "Nosotros tenemos que mantener un nivel de servicios y de calidad que tienen un coste y no se puede vender por debajo, ya sabemos bien en la Costa del Sol las consecuencias perjudiciales que ello puede tener", agregó.
Según Prieto, hay estudios que evidencian que el 50% de los usuarios de líneas de bajo coste se alojan en establecimientos hoteleros, lo que desmiente la creencia que tiende a identificar a estos clientes mayoritariamente como poseedores de viviendas en la Costa del Sol. Prieto sí reconoció que hay que intensificar la promoción e incorporar las nuevas tecnologías de forma más decidida en la comercialización para atraer a un tipo de cliente que prefiere organizarse el viaje por su cuenta y que no necesariamente por usar líneas de bajo coste va a gastar menos en sus vacaciones. "El año pasado llegaron a Málaga en líneas de bajo coste dos millones de pasajeros, es imposible que todos tengan una casa", dijo Brackenbury.
Según datos del Instituto de Estudios Turísticos, en los primeros cinco meses del año llegaron a los aeropuertos andaluces en vuelos de bajo coste 880.000 turistas, lo que supone un incremento del 16% respecto al mismo periodo del año anterior. En el conjunto de España, el incremento es aún mayor, 33,5%, para un total de 4,8 millones de pasajeros. La Sociedad de Planificación y Desarrollo de la Diputación de Málaga estima que sólo para los meses de verano, el aeropuerto de la Costa del Sol tiene ya un 20% más de reservas de estas compañías que en el verano de 2003.
La IFTO sí hizo ayer una advertencia sobre los efectos perjudiciales de la urbanización masiva en la Costa del Sol y abogó por poner límites al crecimiento, ya que la mayoría de los turistas que eligen esta zona huyen de los inconvenientes de las grandes urbes europeas, lo que advirtió que no será posible si continúa la masificación urbanística. También recomendó frenar el constante aumento de plazas hoteleras, porque, según Brackenbury, "no hay indicios de que las actuales sean insuficientes, por lo que no animamos a un incremento de la capacidad".
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