La Religión en la LOCE

Respondo a la carta de Juan Bertuchi publicada el 7 de junio. En su carta, el señor Bertuchi deja en evidencia que ni conoce lo que dice la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza) ni cómo se gestó, por lo que sus opiniones nacen desde sus prejuicios e ignorancia, lanzando una serie de imprecisiones y falsedades con la clara intención de desprestigiar la asignatura de Religión. En primer lugar, la LOCE no ha sido derogada, sólo paralizada en algunos aspectos; en segundo lugar, los obispos no han impuesto a la fuerza ninguna asignatura obligatoria de Catolicismo, porque el área o asignatura que crea esta Ley, llamada Sociedad, Cultura y Religión, fue diseñada por el gobierno del PSOE en la época del señor González, con el beneplácito de la comisión de enseñanza de la Unión Europea; gozó de un consenso amplio entre los técnicos, no ideologizados y politizados, y de los informes favorables del Consejo Escolar de Estado y del Consejo de Estado. Lo de "imponer a la fuerza", no sé de dónde lo saca el señor Bertuchi, porque la LOCE sigue manteniendo la voluntariedad de elegir clase de Religión Católica o de cualquier otra confesión que tenga firmado acuerdos con el Estado.

Y resulta triste e indignante que califique esta área de pseudo-asignatura, ya que lo que se trata de evaluar son los conocimientos objetivos, los procedimientos y las actitudes que los alumnos hayan desarrollado sobre los contenidos del currículo que el propio Ministerio promulga oficialmente igual que cualquier otra área del conocimiento (historia, filosofía, literatura, música, etcétera) y que, por cierto, están calcados de los ya diseñados por el PSOE.

La afirmación de que es una asignatura que se ocupa sólo de la doctrina y teología católicas es una prueba evidente de que no se ha leído el programa propuesto por el MEC, en el que se tocan todas las confesiones religiosas, dedicando especial atención a la influencia histórica, social y cultural de las tres monoteístas. Y lo de que esta enseñanza está reñida con una enseñanza pública y laica, sorprende, pues no estamos hablando de adoctrinamiento ni de catequesis, aunque este sea el argumento repetitivo de los enemigos de esta asignatura. Y ante su satisfacción de que el número de alumnos que eligen Religión Católica haya decrecido seis puntos, le pregunto si no le sorprende que haya bajado tan poco y se mantenga con un 80% ante alternativas puramente lúdicas. ¿Así se respetan los derechos de los padres y de los propios alumnos? Señor Bertuchi: ¿por qué no hacemos un esfuerzo todos por llegar a un consenso en el quepa el pluralismo, la tolerancia, la cultura y la libertad?