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Reportaje:

El petróleo como activo financiero

La especulación en torno al crudo ha supuesto en esta crisis el encarecimiento del barril entre dos y tres dólares

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El mercado del petróleo no se limita a abastecer a las refinerías. En torno a él, se mueven las finanzas que buscan sacar partido de las caídas y alzas de su precio. La actividad financiera multiplica por 7 las operaciones finales de compraventa de crudo y en esta crisis ha sido responsable de aumentar entre dos y tres dólares el precio del barril. Este mercado, como ocurre con los de materias primas, está vedado al pequeño inversor. Sin embargo, existen alternativas para replicarlo; fondos de inversión, compra de acciones petroleras o 'warrants'.

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Ya se sabe que las finanzas aprovechan cualquier activo que se mueva para hacer una apuesta a su alza o baja con la intención de ganar dinero. El mercado del petróleo no es ajeno a esta especulación sobre su precio que, por lo demás, aporta la ventaja de dotar de liquidez al mercado y ayuda a los compradores finalistas (empresas de refino, principalmente) a cubrir los riesgos de las oscilaciones en los precios para garantizarse de esta forma un precio en una fecha ya prevista (futuros y opciones). Los bruscos movimientos del crudo han atraído a aquellos que ven el petróleo como una materia prima para ganar dinero.

Los datos son concluyentes. En lo que va de año, el precio del petróleo tipo Brent ha subido en dólares el 27,89%. Una rentabilidad que no ha ofrecido ningún mercado bursátil ni de bonos. Si a esta importante subida se añade que en los principales mercados petrolíferos se invierte básicamente con futuros financieros, las posibilidades de ganancia se multiplican por el apalancamiento que permiten.

Desde la petrolera Cepsa separan claramente la existencia de un mercado de petróleo físico y otro financiero que, lógicamente, están relacionados. Las empresas de refino se encuentran en ese mercado físico con el fin de abastecerse y los inversores financieros que apuestan al alza o baja de este producto. "Lo normal es que las operaciones financieras sobre el crudo sean seis o siete superiores a las compras en firme".

Desde esta petrolera española estiman que en la actual crisis del petróleo, y dada la apuesta al alza que han realizado estos inversores, la inversión financiera ha incrementado en tres o cuatro dólares el precio del barril tipo Texas del mercado estadounidense y entre dos y tres dólares el tipo Brent en la plaza londinense.

Pero estas distintas estrategias inversoras también se encuentran en el mundo de las compañías que procesan y compran petróleo. Actúan en el mercado comprando el crudo físico y también participan en los mercados con un objetivo de garantizarse precios en un plazo previsto. Es decir, utilizan los futuros financieros con fines de cobertura. Algo que también es muy usual entre los grandes consumidores como grandes compañías de transporte o las líneas aéreas. En estos casos los futuros se establecen sobre derivados del petróleo como gasolina o gasóleo cuyo precio en el mercado tiene una correlación con la marcha del crudo. Pero volviendo a las petroleras, según apuntan fuentes del sector, lo habitual es que el 30% de sus compras se realice usando futuros financieros. El objetivo es asegurarse el precio de, al menos, la tercera parte del crudo que consumen. No suelen hacer coberturas mayores por cuanto son costosas.

Los mercados de crudo no están abiertos a los pequeños inversores. Se mueven futuros y opciones de un valor nominal elevado y como ocurre con el resto de mercados de materias primas son casi exclusivos de las grandes instituciones y de los fondos de alto riesgos como los hedge funds que buscan aquí también aprovecharse del apalancamiento de los derivados y de los arbitrajes entre mercados y plazos. El inversor individual tiene otras fórmulas para acercarse a los mercados de crudo.

Londres y Nueva York

Juan Ramón Caridad, director de Productos de Atlas Capital explica que

para los inversores institucionales, la referencia obligada en Europa es el mercado de opciones y futuros sobre la energía, conocido como IPE (International Petroleum Exchange of London Limited). En este centro de negociación se mueven más de 2.000 millones de dólares al día (similar a lo que negocia la bolsa española). Se creó en 1980, aunque no fue hasta el verano de 1988 cuando se lanzaron los contratos de opciones y futuros ligados al barril de Brent ( referencia del sector).

El IPE se encarga de dar liquidez al sistema minimizando los costes de compraventa y dotando al sistema de transparencia en los precios en tiempo real. Dispone de una reserva de 150 millones de libras (217 millones de euros) más las comisiones de entrada pagadas por cada institución para poder garantizar la operativa del mercado. Está regulado oficialmente por FSMA 2000.

El otro gran centro de negociación es el NYMEX (New York Mercantile Exchange), resultado de la fusión en 1994 del antiguo New York Mercantile Exchange y el Commodity Exchange of New York (Comex). Aquí se negocian contratos de futuros y opciones sobre el petróleo entre los que el más significativo es el Texas estadounidense. Sin embargo, es habitual que existen otras referencias por países o por calidad del petróleo, pero siguen la tendencia del Brent y del Texas.

De los 'warrants' a la compra de acciones petroleras

Las posibilidades que tiene un particular para tomar posiciones en el mercado del crudo son muy limitadas. Por ejemplo, en los fondos de energía y recursos naturales representativos del sector, se aprecia que el barril en euros subía en lo que va de año en torno a un 27%, mientras el promedio de fondos apenas superaba el 7%.

Félix V. López, director de inversiones de Atlas Capital, apunta que "los fondos de inversión registrados a la venta en España no representan una solución completamente eficaz para captar la totalidad de las subidas del petróleo". Según este experto, por lo que respecta a las petroleras, el comportamiento es parecido. Es comprensible que un inversor que apostara a principios de año por una sólida subida de petróleo y por ello se decidiera a comprar Repsol, pueda estar decepcionado al comprobar que sus acciones han subido un 11,77% (sólo un 42% de lo que ha hecho el barril de Brent).

Mucho más triste se sentirá el inversor si la apuesta hubiera sido por Royal Dutch, puesto que su rentabilidad en el año sería de un -2,29% a causa de la mala estimación de sus yacimientos petrolíferos y la consecuente auditoria externa.

Para beneficiarse directamente de la subida del petróleo, explican desde Atlas Capital, la única posibilidad que tenían los inversores españoles era hacerlo a través de los warrants de Société Générale. Se emitía el contrato del futuro sobre el precio del Brent y han tenido como último día de cotización el 14 de mayo de 2004 (vencimiento en este mes: Junio 2004). Eran Warrants europeos por lo que el ejercicio era únicamente posible a vencimiento.

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