Gérard Mégie, investigador del agujero en la capa de ozono

Tenía 58 años y desde el año 2000 era presidente del CNRS, el Centro Nacional de la Investigación Científica francés, un monstruo burocrático últimamente muy cuestionado, pero que ha permitido trabajar a varios premios Nobel. Gérard Mégie, fallecido el pasado sábado, era uno de los grandes expertos mundiales en cuestiones de física y química de la atmósfera, un hombre preocupado por la evolución del medio ambiente y por garantizar la continuidad de la investigación gala.

Ya muy enfermo de cáncer, hace unas pocas semanas presentó con otro colega las líneas maestras para desburocratizar el CNRS sin poner en peligro su supervivencia.

Nacido el 1 de junio de 1946, Mégie había estudiado en la prestigiosa Escuela Politécnica y se doctoró en Ciencias en 1976. Hacía ya dos años que trabajaba en el CNRS y, desde 1984, tenía el título de director de Investigación. Su especialidad le llevó a interesarse por la evolución del llamado agujero en la capa de ozono y se esforzó en establecer modelizaciones de su evolución teniendo en cuenta multitud de parámetros y, entre ellos, el más importante era la influencia del agujero sobre la actividad humana. Entre 1998 y 2002 coordinó los distintos informes internacionales sobre la cuestión.

Europeísta convencido, luchaba por salvaguardar la independencia científica del continente y mejorar su competencia.

Al margen de los reconocimientos propios a su carrera profesional, Megie era miembro de la Academia de Ciencias, de varias instituciones científicas internacionales y se le había concedido la medalla Alfred Wegener de la UE como reconocimiento a su aportación en el campo de la geociencia.-