El secuestro de santa Leocadia

Una mujer policía se hizo novia del ladrón... y eso permitió controlar todos sus movimientos. Gracias a esta estratagema, las autoridades han logrado recuperar el cuadro La aparición de Santa Leocadia a San Idelfonso, valorado en tres millones de euros, que había sido robado el pasado 21 de mayo del hospital del Niño Jesús, en Madrid.

Cuando los técnicos de Patrimonio de la Comunidad de Madrid vieron ayer el óleo, atribuido al sevillano Juan de Roelas, se echaron las manos a la cabeza. Este lienzo del siglo XVII fue recuperado el pasado martes por agentes de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, después de que lo sustrajera José Eduardo Saceda Torre, de 34 años. El lienzo presenta, tras 18 días de cautiverio, un estado deplorable. Sus grandes dimensiones hicieron que el ladrón lo doblará en ocho partes, lo que ha cuarteado la pintura, además de sufrir un corte de arriba abajo.

Una agente ligó con el ladrón y se convirtió en su improvisada novia, sin que él se percatara de que le vigilaba

Santa Leocadia, virgen y mártir, hija de unos nobles toledanos, fue torturada por Daciano por negarse a adorar a los ídolos. Encerrada en una mazmorra, expiró el 9 de diciembre del año 303. Ahora, la tortura sufrida por el cuadro que representa su aparición a san Ildefonso comenzó un día antes del robo. El ladrón, que ha confesado ante la policía su autoría, intentó sustraerlo la tarde del 20 de mayo. Una monja que oraba en la capilla del hospital se lo impidió al salir gritando y avisar al vigilante de seguridad. Pero Saceda no cejó: se quedó encalomado [oculto] hasta que llegó la madrugada. Entonces, y gracias a la falta de vigilancia, descolgó el cuadro y, armado con una cuchilla, rasgó la tela en lugar de soltarla del bastidor. Después la dobló en ocho partes y, tras pasarla por una verja, huyó del lugar.

Los agentes del Grupo XI de Policía Judicial, especializados en robos de joyas y obras de arte, creyeron que el robo fue por encargo de un coleccionista, pero la sorpresa surgió días más tarde. El ladrón llamó por teléfono el 26 de mayo al párroco del hospital, al que le pidió 240.000 euros de rescate por el lienzo. Eso sí, el ladrón desconocía que la obra está valorada en tres millones. El director de Gestión del Niño Jesús se encargó de las negociaciones, asesorado por la policía. "Vimos que no era un profesional porque llamó varias veces al hospital sin distorsionar la voz. Siempre se mostró muy nervioso", explicó el inspector jefe Dionisio Martín, responsable de las pesquisas.

El secuestrador del cuadro llamaba desde cabinas próximas a las estaciones de Atocha y de autobuses de Auto Res. Esto y las grabaciones del robo de una cámara de videovigilancia permitieron identificar al autor. Éste acabó rebajando el rescate a 36.000 euros.

Lo que no sabía Saceda, que residía en San Fernando de Henares, era que la policía le había tendido una trampa irresistible. Una agente ligó con él y se convirtió en su novia, la cual controlaba todos sus movimientos, pese a las cautelas que él tomaba. "Hizo gestiones para abrir una cuenta bancaria en Suiza, en la que tendríamos que ingresarle el dinero", señaló Martín.

El detenido, vinculado con los toros y originario de Guadalajara, se dedicaba a instalar plazas de toros portátiles por los pueblos. Al final, fue detenido el martes en un bar del número 136 del paseo de las Delicias, en Madrid. Un amigo suyo, César del Puerto Herrero, de 29 años, fue arrestado acusado de encubridor. "Al verse detenido se mostró muy colaborador y nos dijo dónde escondió el cuadro. Espero que el juez lo tenga en cuenta", añade el inspector jefe.

El lienzo estaba en un saco, bajo un puente, cerca de la localidad conquense de Saceda Trasierra. "Nos dijo que estaba pasando por un mal momento y que creyó que con este robo podía solucionar sus problemas", dice el inspector jefe Martín.