Benaissa: "Marruecos no quiere guerra ni armas"

"Marruecos no quiere la guerra; no vemos por qué tenemos que comprar armas de Estados Unidos o de otros países, somos un país democrático y pacífico", afirmó ayer en Madrid Mohamed Benaissa, ministro de Exteriores marroquí, en una comparecencia conjunta con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos. Benaissa salió así al paso de un posible rearme marroquí tras el tratamiento de "aliado preferente" que Washington acaba de conferir a Rabat.

Los jefes de la diplomacia de España y Marruecos escenificaron ante la prensa el inicio de una nueva etapa en la relaciones bilaterales destinada a crear e "una asociación estratégica en todos los ámbitos" y dirigida por "una nueva generación" -el rey Mohamed VI y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero- con "buenas ondas de comunicación" y que "avanzan hacia un futuro brillante".

Moratinos reiteró su tesis de que la alianza de EE UU y Marruecos es "una buena noticia" para España. En su opinión, quienes se inquietan por unas "legítimas" maniobras navales norteamericano-marroquíes "quizás estén influidos por la herencia del anterior Gobierno". El ministro español de Exteriores insistió en mirar hacia el futuro: "El rearme que queremos para Marruecos es político, social, económico y cultural".

"Nuevo compromiso"

Ambos ministros cerraron su reunión en Madrid con un comunicado conjunto en el que se destaca "el nuevo compromiso (...) el entendimiento profundo, la solidaridad y el respeto mutuo" para superar el plano bilateral en la relaciones y ampliarla a los marcos "europeo y euromediterráneo".

Moratinos y Benaissa aseguraron que la solución para la cuestión del Sáhara Occidental debe ser "política, consensuada, justa y definitiva" y negociada por todas las partes dentro de Naciones Unidas. El jefe de la diplomacia española excluyó que Madrid y Rabat estén trabajando en una solución regional, al margen de la ONU, al contencioso de la antigua colonia española.

Los ministros de Exteriores se comprometieron también a ampliar los acuerdos sobre readmisión de inmigrantes indocumentados y menores en Marruecos, así como la integración de la comunidad marroquí en España.