La autonomía oriental

Me llegan noticias de que un buen grupo de andaluces propugnan que Andalucía oriental (Almería, Granada, Jaén y Málaga) se constituya en comunidad autónoma con motivo de las reformas que piensan introducir en la Constitución española y en los Estatutos de Autonomía.

Alegan para ello la idiosincrasia de la región, su historia, costumbres y otros muchos rasgos diferenciales. Además que uno de los fines del movimiento autonomista era el de conseguir una eficaz descentralización administrativa, cosa que no se ha logrado con la creación de una comunidad que abarca la extensa totalidad de Andalucía. Tal vez el error se haya acentuado con motivo del establecimiento de la capitalidad en Sevilla, sin duda la ciudad más importante.

Acertado habría sido colocar la capitalidad administrativa en la ciudad de Antequera (Málaga) como propugnaban los primeros andalucistas, con Blas Infante a la cabeza, en 1919. En abono de la idea de separación se aduce el hecho de que cuando en compensación a Granada, y de acuerdo con su historia, se le adjudicó la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, después se desdibujó al tener que establecer salas de dicho Tribunal en Málaga y Sevilla.

En el orden administrativo, se puede poner como ejemplo que un vecino de Vera (Almería) encuentre más facilidades y menos distancia en desplazase a la capital del Reino que a la andaluza.

El proyecto del que me ha llegado noticia tendría como inicio la celebración de una reunión de los simpatizantes de la idea en un hotel granadino. En dicha reunión se cambiarían impresiones, se recibirían iniciativas, se establecería una elemental organización inicial y las acciones a seguir, entre ellas, la de tomar contacto con los residentes en las provincias vecinas y entre ellas Málaga, donde ya existe el precedente de la tentativa de la creación del Paor (Partido de Andalucía Oriental).

Nadie duda de que la nueva comunidad contaría con una atención adecuada y un número de habitantes razonable y una riqueza suficiente. También me han llegado noticias de que un movimiento análogo se está produciendo por quienes propugnan la separación administrativa de los antiguos reinos de León y Castilla (la Vieja) y que en Albacete hay un gran descontento con su actual ubicación en Castilla-La Mancha.

Todo ello conduce a buscar una distribución de España en comunidades más homogéneas y adecuarla de cara a una inminente reorganización del Senado en una estructura más acorde con las autonomías y menos divorcio entre la representación y el número de representados.

Por supuesto que todas estas iniciativas se pretenden llevar a cabo dentro del mayor respeto a la Constitución, en cuyo desarrollo deben formularse los correspondientes Estatutos. La idea surge sin ninguna vinculación a partido político alguno y sin ubicación en la izquierda, derecha o centro.