Paridad administrativa
La Administración pública ha constituido la principal vía utilizada por la mujer española en los últimos 25 años para acceder al mundo laboral. Este hecho,puesto de manifiesto en un informe presentado ayer por el ministro Jordi Sevilla, se explica fundamentalmente por las mayores oportunidades que la mujer ha creído encontrar en el sistema de oposición -una vía anónima y objetivada de acceso al puesto de trabajo- respecto de los sistemas de contratación, más personalizados, al uso en el sector privado.
Esa preferencia femenina por las administraciones públicas ha tenido un efecto positivo: alcanzar la paridad con el hombre en términos cuantitativos en el reparto de los puestos de trabajo. Pero esa paridad se descompensa gravememente según se avanza en la escala profesional: los varones siguen copando los altos cargos funcionariales y las mujeres apenas ocupan entre una cuarta parte y un tercio de los puestos directivos.
En este aspecto, las administraciones no se comportan de modo muy distinto a la empresa privada. Su cada vez mejor preparación (ya hay más licenciadas que licenciados) no les garantiza una situación de igualdad en su promoción profesional. En sectores como la justicia, donde existe una mayoría de mujeres jueces, esta discriminación es manifiesta: los altos tribunales dan muestras de una misoginia preocupante. Tampoco en cuanto al trabajo precario son una excepción: en algunos sectores, como la Seguridad Social, 8 de cada 10 contratos temporales corresponden a mujeres. Se comprende el llamamiento hecho por el ministro Sevilla para cambiar esta situación.
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