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Signos

La creatividad de los ciberforos

Un profesor de la Universidad de Córdoba analiza en un libro el lenguaje de los 'chats'

Las nuevas tecnologías han posibilitado que, sin descolgar el teléfono, ya no importe tanto estar cerca para mantener una conversación. Con un ordenador, da igual estar en la misma provincia que en otro continente. Sólo basta con mover el ratón y entrar en uno de tantos lugares virtuales llamados chats. Este fenómeno ha sido estudiado por el profesor titular de Lengua Española de la Universidad de Córdoba Salvador López Quero en el libro El lenguaje de los chats.

Uno de los hábitos que las nuevas tecnologías han modificado ha sido el lenguaje, desde las piruetas para condensar en menos de 200 caracteres la mayor cantidad de información en un mensaje de móvil, hasta la conversación escrita: el chat. Desde que esto ocurrió, muchos lingüistas han optado por demonizar estas prácticas al considerar que destrozan la gramática y la ortografía.

Cierto es que no se escribe como es debido, pero Salvador López Quero cree que lo valioso de estos fenómenos son otros aspectos: "Lo importante es que prime la comunicación, y se da, así que bienvenida sea", explica. Después de contar con la colaboración de universitarios de Córdoba para grabar conversaciones de más de una docena de tipos de canales (amigos, cinéfilos, románticos...), López Quero no esconde, porque es obvio, que hay errores de expresión y faltas de ortografía, pero incide en que se trata de un "nuevo registro".

Así que para este profesor de la UCO, lo importante es saber discernir, caminar entre los diferentes registros: el informal y el formal. López Quero pone un ejemplo sencillo. Un día conoció a alguien en el ciberforo, encontró una conversación interesante mediante frases no ajustadas a la regla: "Al final nos conocimos y era un catedrático de la Universidad Complutense", afirma. "No importa que una persona no ponga una 'h' o un acento en un chat si luego no hace lo mismo en un registro formal", subraya.

Sí advierte este profesor cierto peligro para los alumnos de la enseñanza de Secundaria, entre los 13 y los 15 años. "Usan Internet y los móviles, y como todavía no están maduros lingüísticamente, llevan estos hábitos a los exámenes", afirma López Quero. Este problema se debe contrarrestar, según este profesor, con la formación desde la propia escuela y la familia, ya que "abandonar a los escolares a Internet es una barbaridad".

López Quero incide en que el chat responde a un híbrido entre lo escrito y lo hablado, que se acerca más a lo segundo. "Por eso a la gente no le preocupan tanto las faltas; además, es una comunicación muy rápida y nadie espera la elaboración del mensaje", explica. Una sola persona puede mantener numerosas conversaciones al mismo tiempo cristalizadas en ventanas de su ordenador.

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En su estudio, López Quero recalca el factor afectivo de las conversaciones. Aunque haya analizado canales muy diversos y cuyos títulos no responden al flirteo, el autor concluye que en todos ellos subyace la "intención de ligar". Para ello, uno de los recursos que más se repite es el diminutivo, casi siempre usado en tono afectivo. "Tiene distintos grados, desde lo afectivo a lo sexual", explica.

Lejos de opinar sobre el tormento de la gramática y la ortografía, López Quero incide en el factor de creatividad que subyace en los ciberforos, lo que llama creación léxica espontánea. "Se inventa mucho", resume. Frente a los detractores, el profesor de la UCO recoge el testigo de uno de los pioneros del estudio del lenguaje en Internet, David Cristal, para quien la sociedad está al borde de la mayor revolución del lenguaje habida jamás.

El fenómeno "afectará al lenguaje con el paso de los años, es imparable". "Contra las nuevas tecnologías es imposible hacer nada", sostiene el autor. Uno de los aspectos de estos cambios es el principio de comodidad, que se refleja, según el autor, en el uso de elipsis y abreviaturas.

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