José María Montero recoge en una guía los 143 espacios naturales de Andalucía

Alrededor del 21% de la superficie andaluza goza de algún tipo de protección ambiental. La riqueza de la biodiversidad de Andalucía queda patente en otra cifra: alberga 76 de los 124 tipos de hábitats considerados de interés comunitario en España por la Unión Europea. Son dos de los datos recogidos por el periodista José María Montero Sandoval en la introducción de la guía Espacios naturales de Andalucía, publicada por la editorial Everest.

El autor destaca la presencia de 463 endemismos exclusivos (especies que sólo crecen en suelo andaluz) frente a los 103 localizados en toda Francia o el hecho de que Andalucía alberga el 60% de de las especies de flora y fauna inventariadas en España como de especial atención por las autoridades comunitarias.

Montero, especializado en temas de medio ambiente, recorre los distintos tipos de espacios naturales protegidos en las ocho provincias. Del inventario se han excluido sólo algunas reservas naturales concertadas y los parques periurbanos. Se ofrece, por el contrario, información sobre el resto de espacios protegidos, desde los que gozan del máximo grado (los dos Parques Nacionales: Doñana y Sierra Nevada) a los que cuentan con una protección limitada, como los monumentos naturales.

Además de la información sobre cada espacio, se incluye un apéndice con los 12 monumentos naturales declarados por la Consejería de Medio Ambiente en el momento de la edición de la guía y los equipamientos públicos existentes en los espacios naturales.

En la introducción de la guía, el autor hace un breve repaso de la protección ambiental desde que, en 1984, la Junta de Andalucía asumió las competencias. Entre el Parque Nacional de Doñana y el Parque Natural del Torcal de Antequera (Málaga) apenas representaban el 0,6% del territorio, frente al 21% actual. "Con el instrumento novedoso de una Agencia de Medio Ambiente que, por primera vez en el panorama administrativo español, intentaba llevar a la práctica la unidad de gestión en materia ambiental, el Gobierno andaluz se embarcó en una ambiciosa política conservacionista".