Turismo reforma el monasterio de El Puerto que sirvió de cárcel

El delegado de Turismo, Deporte y Comercio en Cádiz, Domingo Sánchez Rizo, presentó anoche en El Puerto la reforma del monasterio gótico de la Victoria de El Puerto Santa María (Cádiz), un conjunto con 500 años de antigüedad que también sirvió de cárcel durante 90 años, hasta 1981. El edificio se convertirá en centro de congresos y exposiciones. Dos salas ofrecerán al visitante una exposición sobre la historia del conjunto.

La reforma permite recuperar uno de los mejores ejemplos del gótico tardío andaluz, aunque con elementos platerescos y renacentistas que fueron añadidos a la planta original en su proceso de construcción, según explicó la técnico de Patrimonio, Mercedes García Pazos.

Sánchez cifró el coste de la obras en unos 200.000 euros. También anunció que se programarán actividades culturales y jornadas de puertas abiertas para dar a conocer la obra. El responsable de la Junta recordó que, junto a la función monástica para la que inicialmente fue creado, el edificio se convirtió en un penal entre 1891 y 1981.

Sánchez aseguró que la Junta estudia la instalación de un museo "que mantenga viva la memoria histórica, para no volver a repetir los mismo errores". El delegado se refería al papel jugado por el penal durante la dictadura franquista.

El historiador Manuel Martínez, autor de una obra sobre el penal, recordó ayer que el centro albergó en su origen presos enfermos. El duro régimen carcelario y las deficientes condiciones sanitarias "comenzaron a forjar la leyenda del penal", afirmó.

Tras la Guerra Civil, según el historiador, la cárcel fue "reflejo de la opresión". En la década de los cincuenta, la cárcel se convirtió en un lugar de "reconstrucción de células de partidos políticos y organizaciones sindicales clandestinas", lo que desembocó, según recordó Martínez, en un régimen interno "durísimo, con sanciones continuadas y trato discriminatorio". Estas circunstancias, según dijo, convirtieron a la prisión de El Puerto "en una de las mas temidas del régimen".

El militante socialista portuense Miguel Marroquí, que ingresó en dos ocasiones en este centro, denunció ayer "los asesinatos de presos comunes que se cometieron en la cárcel entre los años 1971 y 1973". Marroquí aseguró que también hubo torturas a los internos, "algunos de los cuales murió más tarde por las palizas recibidas". Marroquí aseguró que, aún hoy, se encuentra por la calle a "los torturadores" y pidió que "estos datos salgan a la luz, no con ánimo de revancha, pero sí para que conozca lo que ocurrió".