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Entrevista:RAFAEL SANZ | Diplomado en Enfermería

"Lo más atractivo son las prácticas"

"El trabajo cambia sustancialmente de atención primaria a un hospital, y en su interior", según el enfermero Rafa Sanz

"La imagen de la Enfermería ha cambiado mucho", resume Rafa Sanz, un joven enfermero de 25 años, nacido en Alberic, que trabaja desde hace dos en el Hospital Clínico de Valencia. Él es producto de esta metamorfosis. Aunque las escuelas del ramo son un enclave muy feminizado, se percibe una tímida incorporación masculina a unos cuidados que nacieron del voluntarismo femenino, lo que propició que en torno a la profesión se construyeran un conjunto de estereotipos sexuales. Desde dentro Rafa vislumbra otra evolución: "Las jóvenes generaciones de Medicina respetan mucho la profesión. Trabajamos en equipo". Lo complejo para el diplomado es llegar a formar parte del conjunto: "Nada más acabar la carrera es fácil trabajar en verano, después está muy negro". Su ansiada continuidad laboral sobrevino tras dos años de trabajo sólo en verano. Aprovechó los lapsus invernales para ampliar su formación con el Curso de Aptitud Pedagógica y realizó dos postgrados. Afortunadamente se lo podía permitir, aunque entiende que antiguos compañeros bien por "impaciencia" o por "necesidad" opten por la sanidad privada, emigrar, o cambiar de profesión.

Su trabajo en puertas de urgencias diario le apasiona en la medida que le sorprende. Lo de día a día aquí viene a ser un tópico perentorio, porque el personal alterna turnos comprimidos nocturnos de doce horas, de siete diurnas y jornadas de descanso. Personalmente no le importa, aunque reconoce que "el decretazo de consejería ha empeorado los horarios del personal" y se solidariza con la inadaptación que entraña para muchos. En una noche típica en el servicio de las puertas de urgencias del Clínico suelen atenderse entre sesenta o setenta "urgencias relativas", es decir, "aquellas que requieren asistencia pero que presentan un cuadro no urgente, como una gastroenteritis", matiza.

También recuerda haber vivido situaciones recientes de extrema ansiedad, a raíz de dos paradas cardiorespiratorias simultáneas. "Son momentos de angustia que exigen gran celeridad". Con todo, apostilla que "los enfermeros somos, ante todo, personas" y confiesa que se pone nervioso cuando le hacen un análisis, no al revés: "No es lo mismo pegar, que recibir", ironiza.

Por otro lado, opina que "la formación en la Escuela Universitaria de Enfermería de la Universitat es muy buena", por lo que le chocó que los alumnos de la misma protagonizaron un encierro la semana pasada para mejorar la calidad de la enseñanza. Añade que otros compañeros de promoción, que han emigrado a Reino Unido, relatan que el trabajo allí se aproxima más al auxiliar de enfermería y han detectado que la enseñanza española proporciona una mayor formación, tanto en técnicas, como en conocimientos. A su entender, la mayor dificultad de la diplomatura estriba en la elevada carga docente: 225 créditos en tres años, frente a los 300 de la mayoría de licenciaturas. Las asignaturas que más dificultades entrañan son las relacionadas con Medicina y Farmacología. Y lo que más atrae a los alumnos: las prácticas asistenciales, que reivindican empezar desde primero.

La prioridad de Rafa ahora pasa por asentar su posición para lo que debe sacar la plaza por oposición. "A partir de ahí, cambiarán mis expectativas", supone de una profesión multidisciplinar. "Al acabar la carrera te puede tocar en atención primaria, en un centro de salud, o en especializada". Dentro del hospital la profesión se reinventa a sí misma en función del servicio: urgencias, pediatría, quirófano, traumatología, etc. La vía para entrar en la rueda pública sanitaria valenciana se inicia inscribiéndose en la convocatoria anual de la bolsa del Servicio Valenciano de Salud y... a esperar.

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