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Reportaje:

El empuje de la prensa local

Madrid ha perdido 15 periódicos en 30 años, mientras no paran de surgir nuevos diarios en provincias

Cuando Camilo José Cela llegó a la estación de Guadalajara una mañana de junio de 1946 para emprender su famoso viaje por la Alcarria, un pie tras otro, el futuro premio Nobel no encuentra allí ningún diario local. "¿Vendes muchos periódicos?", pregunta al niño de cinco años y medio que le sale al paso, aguerrido vendedor ambulante. "Sí, señor; todos. A las doce ya he vendido siempre todos. El año pasado, ¿sabe usted?, no. Era más pequeño y corría menos". En 1946, la capital alcarreña contaba sólo con dos tenaces semanarios, El Decano, fundado en 1894 con el nombre de Flores y abejas, y Nueva Alcarria, de 1939. Hoy, en cambio, desde hace apenas cinco años, el viajero puede comprar en todos los quioscos de Guadalajara hasta tres diarios hechos en casa. Se llaman El Día de Guadalajara, La Tribuna y Nueva Alcarria, este último convertido en diario desde el pasado 13 de febrero.

Guadalajara, sin diario propio durante décadas, cuenta hoy con tres cabeceras locales
Andalucía concentra la mayoría de los nuevos diarios, con gran competencia entre grupos

"La prensa regional y local sigue aportando un sustrato fértil al conjunto del sector prensa", opinaba la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) en su Libro Blanco de la prensa diaria, de 2002. Dos años más tarde la tendencia se confirma, creciente. Guadalajara, Málaga, Cádiz y otras muchas capitales de provincia son un símbolo sólido de ese dinamismo diagnosticado por la AEDE.

En lo que va de año, además de Nueva Alcarria, se han fundado periódicos en Málaga -Málaga Hoy- y en Pamplona -La Estafeta de Navarra-, editados por primera vez el domingo 16 de mayo. El año pasado vieron la luz otros cuatro, y otros tantos en 2002, a los que muy probablemente se unan antes de Navidad dos cabeceras más, tal vez tres: una en Cádiz, otra en Almería y una tercera en Santander. De esta forma, de los 103 diarios de información general que había en España en 1975, la mitad ya desaparecidos, se ha pasado a 137 en la actualidad, con una tirada media diaria de 4.274.323 ejemplares.

La inmensa mayoría de los nuevos periódicos son promovidos por empresarios locales bajo el paraguas de un grupo de prensa ya instalado en otra provincia -el caso de Editora Independiente de Medios de Navarra, que ha puesto en la calle La Estafeta de Navarra cediendo el 40% del capital a Promotora de Medios de Castilla y León (Promecal), propiedad del constructor Antonio Méndez Pozo, el editor de Diario de Burgos, entre otras cabeceras provinciales-; o bien se trata de iniciativas directas de alguno de los grandes grupos regionales de la prensa española: el Grupo Vocento, propietario de una quincena de grandes diarios en ciudades como Bilbao, San Sebastián, Santander, Valladolid, Murcia o Málaga, además del nacional Abc; el Grupo Prensa Ibérica, del empresario Javier Moll, con 13 cabeceras en otras tantas provincias, las más importantes adquiridas durante la subasta, en 1984, de la ex Prensa del Movimiento: La Nueva España en Oviedo, Levante en Valencia, e Información en Alicante, sobre todo; el Grupo Voz, hegemónico en Galicia con La Voz de Galicia, entre otras cabeceras, y el Grupo Yoly, que cuenta con ocho diarios en otras tantas ciudades andaluzas.

Andalucía, con uno de los niveles más bajos de lectura de prensa en España, es precisamente el escenario principal de las rivalidades entre grupos y la región donde más periódicos se han creado en los últimos años. Un dato: en la ciudad de Cádiz, matriz del Grupo Yoly con su centenario Diario de Cádiz, van a instalarse en los próximos meses los vascos del Grupo Vocento, que acaban de fichar para dirigir su periódico en esa ciudad a la subdirectora del diario de los Yoly, Lalia González-Santiago. Al margen de ese pulso, el Grupo Yoly sigue con su estrategia: dispone de una plantilla de 400 periodistas y estará presente muy pronto, con una cabecera propia, en todas y cada una de las capitales andaluzas -sólo le falta cubrir Jaén y Almería-, además de en Jerez y en Algeciras, aquí con el periódico Europa Sur.

En esta batalla por los lectores de prensa andaluces está empeñado también, con fuerza, el Grupo PRISA, líder nacional con EL PAÍS, único que supera en España los 300.000 ejemplares de tirada diarios, con 440.226 ejemplares, según el último control de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD). El siguiente periódico con mayor tirada es El Mundo, también de Madrid, con 286.695 ejemplares.

PRISA edita el Diario de Jaén, El Correo de Andalucía en Sevilla, Odiel en Huelva y el Correo de Málaga. El director de estos tres últimos diarios, Fernando Organvides, subrayó ayer la vocación de "proyecto de prensa regional" de su grupo y el carácter de "triángulo" que esos periódicos ofrecen a los lectores en cada ciudad, de la mano de los medios audiovisuales del mismo grupo editorial, la cadena SER y Localia Televisión.

La mejora de las comunicaciones terrestres durante las dos últimas décadas del siglo pasado, con una red de autovías uniendo unas regiones con otras y las provincias de una misma región entre sí, explican también el auge y la rentabilidad de la prensa local, al poder prescindir de talleres propios para la edición de sus diarios. Ello les permite nacer con una plantilla reducida, concentrando esfuerzos en la redacción y en la gestión de la publicidad. Pedro Aguilar, director de Nueva Alcarria, subraya esa circunstancia: con apenas 40 personas en nómina, cuenta con periodistas suficientes para hacer cada día 56 páginas -72 los viernes, 64 los domingos-, porque no han tenido que invertir en rotativa: el diario se imprime en Illescas, en el límite de Madrid con Toledo.

Por su parte, el Grupo Yoly edita sus ocho cabeceras en sólo dos plantas de impresión, una en propiedad, estratégicamente localizadas para distribuir en hora sus periódicos por toda la comunidad andaluza. La mejora de las comunicaciones también permite al nuevo diario de Pamplona, La Estafeta de Navarra, llegar a tiempo a los quioscos de toda la comunidad navarra a pesar de imprimirse en Burgos, a 210 kilómetros de distancia.

Las escasas tiradas de gran parte de la prensa española favorecen ese tráfico entre localidades e imprentas: la inmensa mayoría de los diarios locales no supera los 10.000 ejemplares, otro grupo numeroso apenas se acerca a los 30.000, 18 están entre los 30.000 y 100.000, y sólo ocho periódicos, de alcance nacional, venden por encima de los 100.000 ejemplares.

Redacción de <i>Nueva Alcarria,</i> uno de los tres periódicos de Guadalajara, de reciente aparición.
Redacción de Nueva Alcarria, uno de los tres periódicos de Guadalajara, de reciente aparición.NACHO ABASCAL

La muerte de un periódico

La pujanza de la prensa local en España contrasta con el retroceso de la difusión y, sobre todo, con la desaparición de periódicos en muchos países de la UE. Sólo Bélgica y España mejoraron el año pasado sus perspectivas, según el estudio presentado la semana pasada en Estambul (Turquía) por la Asociación Mundial de Periódicos. Pero no siempre fue así. De los 103 diarios de información general que se publicaban en España a finales de 1975, último año de la larga dictadura franquista, 33 desaparecieron poco después. El año más negro fue 1980, con el cierre de nueve periódicos, dos en Madrid -Informaciones y El Imparcial-, tres en Barcelona -Mundo Diario, Tele/Express y Cataluña Express-, dos en San Sebastián -Unidad y La Voz de Españaa-, uno en Valladolid y otro en Gijón.

Que ha habido muchos otros años malos lo ilustra la mera enumeración de los periódicos desaparecidos en Madrid y Barcelona desde la muerte del dictador Franco. Todo ello al margen de la supresión o privatización de la llamada Prensa del Movimiento, que llegó a disponer de medio centenar de cabeceras, de las que sobrevivieron la veintena, y de la extinción de las Hojas del Lunes por la salida de los diarios ese día de la semana.

Entre los 15 periódicos desaparecidos en Madrid destacan el de los sindicatos verticales Pueblo, cerrado en mayo de 1984; la extinción de la prensa del Opus Dei, muy activa en la última etapa de la dictadura con El Alcázar y Nuevo Diario; el traumático cierre del histórico periódico de los obispos, el Ya -la crisis se llevó por delante toda la cadena católica, que pasó a manos del Grupo Correo, hoy Vocento, entre otros La Verdad de Murcia y Hoy, de Badajoz; la silenciosa desaparición del falangista Arriba, y la lenta muerte de los vespertinos Informaciones y Diario 16.

Esa etapa de crisis vivió, además, el fracaso de la prensa popular en España, con la fugaz aparición de dos cabeceras sensacionalistas, Diario Libre, del Grupo 16, y Claro, el ruinoso proyecto del periódico Abc, dirigido entonces por Luis María Anson, en sociedad con el grupo alemán de Axel Springel. También fracasó una y otra vez el empeño por implantar en Madrid alguna prensa de izquierdas: Mundo Obrero, del PCE, no resistió mucho tiempo como diario, y tampoco sobrevivió Liberación; o la idea de una prensa específicamente femenina, puesta en marcha en Barcelona con Diario Femenino.

Otras cabeceras fugaces en Madrid fueron El Sol y El Independiente, mientras que en Barcelona cayeron año tras año títulos históricos como El Correo Catalán, El Noticiero Universal, La Prensa y Solidaridad Nacional (popularmente La Soli),

e incluso Diario de Barcelona, el más antiguo de Europa en aquel momento, con 192 años de existencia.

Este trajín de periódicos que nacen y mueren a veces en el plazo de un año, refleja otra característica de la prensa española: su juventud (una media de 58 años: en el resto de Europa, casi el doble), consecuencia de reiteradas convulsiones políticas. Un ejemplo es Madrid: todos los diarios editados hoy en la capital del Estado nacieron tras la muerte de Franco, salvo Abc, fundado en 1903.

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