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El argelino de 37 años agredido con palos de béisbol es esquizofrénico

El presidente de ATIME reclama la detención de los autores

Karim Touhami, el ciudadano argelino de 37 años que la noche del jueves fue agredido por un grupo indeterminado de personas -entre cinco y 12- con bates de béisbol en Ciudad Lineal, continúa en estado grave en la UCI del hospital Ramón y Cajal, con traumatismo craneoencefálico severo.

El hombre, que reside legalmente en España desde 1992, y en Madrid desde hace 10 años, padece esquizofrenia y estaba en tratamiento médico. Su hermana Karima y sus amigos le consideran una persona "excelente", que "no tiene problemas con nadie", y descartan que el linchamiento se deba a motivos racistas. "Él no parece musulmán y, además, nunca ha tenido problemas con nadie, ni tiene enemigos", apunta su amigo Alí.

Los vecinos del número 43 de la calle de Esteban Mora, donde residía Karim desde hace seis años, destacan de él su "exquisita educación", aunque "últimamente traía a mucha gente a casa y hacía ruido".

La agresión al ciudadano de origen argelino ha provocado reacciones entre los colectivos musulmanes. El presidente de la Asociación de Trabajadores Marroquíes de España (ATIME), Mustafá Mrabet, solicitó ayer a la Delegación del Gobierno que detenga "cuanto antes" a los autores de la paliza, para evitar nuevos ataques al colectivo marroquí.

La Asociación de Liberación-Amauta, integrada en la Red Ciudadana para la Igualdad, considera que la agresión a Karim Touhami "constituye un grave ejemplo de lo que la intolerancia, el racismo y la xenofobia pueden provocar en la sociedad".

El portavoz del Centro Cultural Islámico de Madrid, Mohamed el Afifi, dijo ayer a este respecto que la comunidad musulmana "tiene miedo a que se produzcan nuevas agresiones".

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Eran las once menos diez cuando Karim Touhami, soltero, residente legal en España y sin antecedentes penales, salió de casa para dar un paseo. Acababa de cenar con su hermana Karima - que llegó hace tres días a Madrid de vacaciones- y con un amigo. El menú: patatas fritas, ensalada y sopa. Karim había quedado con Alí, amigo suyo desde hace 10 años, pero éste finalmente no acudió a la cita; la alergia se lo impidió.

Lo que pasó desde que Karim salió de casa, hasta que a las 23.25 apareció malherido bajo un charco de sangre frente a un negocio de frutos secos en la calle de Valentín Aguirre, no está claro. Su hermana sostiene que vio -desde la ventana de la vivienda, un séptimo piso-

a un grupo de al menos 12 personas liarse a patadas y a golpes con bates de béisbol con alguien. "Estuve mirando hasta que me di cuenta de que podía ser él. Bajé y lo encontré allí tirado", explicó ayer con serenidad. La mujer ha solicitado a la embajada argelina que le amplíen el visado, que le caduca el día 8, para poder hacerse cargo de su hermano.

Mohamed, otro de los amigos del hombre herido, descarta que lo hayan atacado porque tenga alguna deuda pendiente con alguien. "Le ha pasado a él como si te toca a ti. No creo que sea por racismo", valoró. La policía considera que la agresión podría ser el resultado de una trifulca, sin que se trate de una agresión racista. También apuntan que en el incidente pudo influir el estado de la víctima, quien pudo mezclar alcohol con las pastillas que tomaba para la esquizofrenia. Pero su amigo Alí asegura que "nunca bebía".

Un cambio drástico

Karim Touhami no era el mismo desde hacía seis meses. Un accidente de tráfico le causó lesiones en el cuello y le obligó a cerrar su negocio, un locutorio en la calle de Emilio Ferrari. Mientras, vivía con el dinero de la indemnización, según sus amigos. "Siempre ha sido excelente, pero últimamente traía a mucha gente a casa y eso molestaba", explica el conserje del bloque, quien llamó la atención al propio Karim hace unos días: "Me dijo que no me preocupara, que estaba pasándolo mal últimamente y que procuraría no armar alboroto".

Karim pensaba viajar a Argelia en breve. Ya había comprado los regalos. El hombre llegó a España para cursar la carrera de Derecho, pero la abandonó después de tres años. Dedicaba su tiempo libre a leer y, según sus amigos, le gustaba ver las emisiones en árabe de Al-Arabiya y en francés de Canal +.

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